La campaña presidencial estadounidense se ha sumergido en un territorio inexplorado tras el histórico veredicto contra el expresidente Donald Trump. Declarado culpable de 34 cargos de falsificación de documentos contables para ocultar un pago a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, Trump pasó inmediatamente al modo campaña, declarando: “¡Soy un preso político!”
El republicano de 77 años, que desde hace tiempo mantiene su inocencia, enmarcó el veredicto como parte de una conspiración mayor en su contra. Lo que para cualquier político significaría la tumba, Trump lo ha transformado en una insignia de honor, señaló el analista político Keith Gaddie, añadiendo que Trump ha recurrido a comparaciones con presos políticos históricos como Nelson Mandela para reforzar su narrativa.
Las batallas legales de Trump están lejos de terminar. Se enfrenta a otros tres procesos penales, incluidos cargos relacionados con sus intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020 y el manejo indebido de documentos clasificados tras abandonar la Casa Blanca. Sin embargo, es poco probable que estos casos lleguen a la fase de juicio antes de las elecciones de noviembre de 2024.
El presidente Joe Biden ha evitado en gran medida comentar los asuntos judiciales de Trump para evitar acusaciones de intromisión en el sistema judicial. En un comunicado, la campaña de Biden subrayó que el veredicto demuestra que nadie está por encima de la ley, al tiempo que instó a los votantes a centrarse en las próximas elecciones. La amenaza que Trump supone para la democracia nunca ha sido mayor, añade el comunicado.
Biden ha guardado silencio sobre el veredicto de Nueva York, optando en su lugar por centrarse en sus deberes presidenciales. Este viernes tiene prevista una serie de compromisos públicos, entre ellos una reunión con el primer ministro belga y una celebración con los Kansas City Chiefs, campeones de la Super Bowl.
Trump hizo historia al convertirse en el primer ex presidente de Estados Unidos condenado por un delito grave. Si gana las elecciones del 5 de noviembre, batiría otro récord al sustituir a Biden en la Casa Blanca. El jurado le declaró culpable de falsificar registros para encubrir un pago de 130.000 dólares para evitar que Daniels hiciera público un supuesto encuentro sexual en 2006, que Trump niega. La fiscalía argumentó que ese encubrimiento formaba parte de un plan más amplio para engañar a los votantes durante la campaña presidencial de 2016.
Trump, en libertad sin fianza tras la vista, se enfrenta a una posible pena de cuatro años de prisión por cada cargo, aunque es más probable que se le conceda la libertad condicional debido a su falta de antecedentes penales. A pesar de la condena, no tiene prohibido continuar con su campaña electoral, aunque fuera encarcelado.
La sentencia está prevista para el 11 de julio, pocos días antes de la Convención Nacional Republicana, en la que se espera que Trump reciba la nominación del partido. Robert F. Kennedy, candidato independiente, sugirió que la condena podría aumentar la popularidad de Trump entre los republicanos, calificándola de inyección de moral para los demócratas.
Sin embargo, las ramificaciones políticas de los problemas legales de Trump son inciertas. Probablemente no influirá en muchos votos, pero en algunos estados concretos en los que el voto es decisivo, puede ser importante en los márgenes, explicó Gaddie. En contiendas especialmente ajustadas, puede inclinar las cosas hacia un lado u otro.
Fuente: AFP