Las autoridades brasileñas informaron este domingo que al menos 25 personas habían muerto debido a las fuertes lluvias que afectaron principalmente a Río de Janeiro y Espírito Santo durante el fin de semana.
Según el gobernador de Espírito Santo, Renato Casagrande, la situación en Mimoso do Sul, una ciudad de casi 25.000 habitantes, es caótica. Los equipos de socorro siguen intentando llegar a zonas intrincadas.
Las fuertes tormentas que comenzaron a última hora del viernes se cobraron ocho vidas en el estado de Río de Janeiro, la mayoría por deslizamientos de tierra en zonas montañosas, cuatro de ellas en Petrópolis, que aún se recupera de una tormenta que mató a 241 personas en febrero de 2022.
En un mensaje en las redes sociales, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su solidaridad con las familias de las víctimas. Tragedias como estas se intensifican con el cambio climático, señaló también.
El número de muertos en Espírito Santo aumentó a 17 el domingo por la tarde. Hay cadáveres siendo rescatados en Mimoso do Sul, explicó Casagrande al hablar de escenarios bélicos en municipios como Bom Jesus do Norte o Apiacá.
La buena noticia es que dejó de llover y nos permite empezar a pensar en limpiar y reconstruir la ciudad, añadió.
Las fuertes lluvias en el sureste de Brasil se explican por la llegada de un frente frío tras una ola de calor extremo. Este fenómeno impactó Rio Grande do Sul (sur) y avanzó hacia Sao Paulo y Río, antes de llegar a Espírito Santo, según informes del Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).