Según un informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina difundido este martes en Buenos Aires, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 13,2% en febrero de 2024, para un total interanual de 276%, en medio de notorias caídas en la industria, la construcción y el consumo.
Un estudio del mes pasado de la Universidad Católica sitúa la pobreza en casi el 60% de la población, con un 10% en la indigencia.
En enero, la inflación alcanzó el 20,6% y el 25,5% en diciembre. Por tanto, las cifras de febrero demostrarían una tendencia a la baja, con un 36,6% acumulado en los dos primeros meses del año.
La cifra de febrero es el resultado del trabajo del Gobierno nacional para imponer una fuerte disciplina fiscal, explicó la oficina del presidente argentino en un comunicado, ya que la disciplina fiscal no negociable de Javier Milei mediante la reducción del tamaño del Estado, los despidos de personal y la eliminación de subsidios profundiza la pérdida de poder adquisitivo de los hogares argentinos.
Telecomunicaciones subió 24,7%, seguido por transporte con 21,65%, servicios públicos con 20,2%, y alimentos y bebidas no alcohólicas con 11,9%, destacándose los aumentos en carnes y subproductos; Pan y cereales; y Leche, productos lácteos y huevos, según el Indec.
La economía argentina registra caídas en la industria, la construcción y el consumo, que se desplomó un 13,4% interanual y un 6,6% respecto a enero, según la consultora Focus Market.
No descarto que en abril haya una fuerte caída de la inflación, dijo Milei este martes en una entrevista televisiva. El mandatario está decidido a alcanzar un ”déficit (fiscal) cero”, tal y como acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Para el presidente argentino, acabar con la inflación es la máxima prioridad.
El ministro de Economía, Luis Toto Caputo, expresó el lunes su preocupación a los ejecutivos de las cadenas de supermercados por el aumento desmedido de los precios e insistió en que los precios de los productos de consumo masivo no reflejan hoy la nueva realidad económica.
El martes, la administración de Milei anunció la apertura de las importaciones de productos de la canasta básica para mejorar la competencia y bajar los precios de los bienes producidos localmente. Los expertos señalaron que la medida no era mala, pero que debían eliminarse los impuestos argentinos si se buscaba una competencia leal.
En sus tres meses de gestión, el gobierno lanzó una ambiciosa desregulación de la economía, buscando minimizar el rol del Estado, bajar la inflación y lograr estabilidad presupuestaria. Para ello, Milei dictó un megadecreto con modificaciones a normas y leyes, pero la iniciativa acumula decenas de amparos que cuestionan su constitucionalidad y su capítulo laboral está suspendido por la Justicia. También envió al Congreso el proyecto de la llamada Ley Ómnibus, que no prosperó. En consecuencia, Milei está negociando con los gobernadores provinciales el llamado Pacto de Mayo, con el que espera obtener la aprobación de una versión más corta de su plan de reformas, a cambio de financiación federal.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que la importación de productos normalizará los precios. También señaló que los minoristas le admitieron a Caputo que los precios habían subido por encima de la expectativa de inflación.
Habían evaluado un escenario catastrófico, que no ocurrió, explicó Adorni. Los aumentos de enero y diciembre llevaron a que algunos productos sean más caros en Argentina que en Estados Unidos o Europa.