Los sindicatos argentinos protagonizaron este miércoles una huelga y una manifestación con relativo éxito para protestar contra el decreto de necesidad y urgencia (DNU) ya en vigor del presidente Javier Milei, además del proyecto de la llamada Ley Ómnibus para frenar el gasto público que desfinanciaría numerosas actividades que actualmente funcionan con asignaciones del Estado. Se trata de la primera medida de este tipo desde el 29 de mayo de 2019, con el entonces presidente Mauricio Macri (2015-2019).
Además de la Confederación General del Trabajo (CGT), otros partidos de izquierda y organizaciones sociales y de derechos humanos estuvieron detrás de las concentraciones del miércoles en todo el país y también ante las embajadas argentinas. La multitud congregada frente al Congreso en Buenos Aires varió entre decenas y centenas de miles de personas, según el medio.
Milei busca desregular la economía y desmantelar la estructura del Estado como financista con billetera sin fondo. La CGT convocó las protestas del miércoles sólo 18 días después de la toma de posesión del nuevo mandatario.
No se registraron incidentes graves con la aplicación del protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que prohíbe a los manifestantes cortar el tránsito.
Durante la gestión de Alberto Fernández (2019-2023) no se realizaron huelgas a pesar de que el desempeño económico del país arrojó una inflación anual del 211,4% el año pasado, la más alta del mundo, superando a la del Líbano y Venezuela.
El secretario general adjunto de la CGT, Héctor Dáer, aseguró que los sindicatos y las organizaciones sociales seguirán luchando en Argentina hasta que caigan las iniciativas reformistas de Milei. Vamos a seguir la lucha hasta que caiga el DNU y rechacen la ley ómnibus, enfatizó. No vamos a dar ni un paso atrás, insistió. La patria no se vende, agregó.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el último Jefe de Gabinete de Fernández y candidato a vicepresidente, Agustín Rossi, estuvieron entre los asistentes.
Daer también aseguró a los legisladores que tratan el proyecto de Ley Ómnibus que estamos acá para apoyarlos para que apoyen a la gente y por lo tanto ningún diputado puede hacerse el distraído de lo que estamos discutiendo. También afirmó que Milei pretende quitar la posibilidad de acción sindical en un momento de gran desigualdad porque los que más tienen y más ganan quieren más privilegios. Milei quiere vender todas las empresas del Estado, criminalizar las protestas para meter a todo el mundo en la cárcel, ir contra la cultura y la ciencia, y pretende privatizar el deporte.
Soy hincha de Huracán, pero quieren venir por los clubes grandes, por Boca, River, Independiente, Racing... Sepan que a los clubes [de fútbol] también hay que defenderlos, dijo.
Además, vienen por la ciencia y no les importa regalar las empresas que son fruto de los científicos argentinos; no les importa la educación; no les importan los compañeros de los empleados públicos ni los docentes.
Junto al también Secretario General de la CGT Pablo Moyano, criticaron la intención de Milei de quitar la obligatoriedad del cobro de la cuota sindical deducible del salario de los trabajadores (cuyo consentimiento expreso sería ahora necesario), además de la doble indemnización por despido y otras cuestiones laborales.
Moyano dijo que las reformas libertarias habían sido redactado por las mayores fortunas del país e insistió en que el Congreso no debe traicionar a los trabajadores y a la doctrina del peronismo, que es defender a los trabajadores, a los que menos tienen y a los jubilados. En sus palabras, un peronista no puede votar este DNU que va contra los trabajadores y la soberanía nacional. Asimismo, sugirió gravar a los más ricos en lugar de aumentar la carga sobre la gente que vive de sus salarios.
También recordó que el presidente Milei dijo que había que llevar en hombros al ministro de Economía, Luis Toto Caputo, para agradecerle las cifras de inflación de diciembre. Caputo es el socio de Macri, quien filtró US$ 45 mil millones y debería estar desfilando en Tribunales dando explicaciones, insistió el sindicalista.
Y le digo ante miles de compañeros que si lleva adelante estas medidas económicas de hambre, ajuste y despidos, los trabajadores, los jubilados y los más humildes van a cargar al ministro en sus hombros pero para tirarlo al Riachuelo, un curso de agua altamente contaminado que marca el límite sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.