Cumpliendo una promesa electoral, el Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reconoció oficialmente el viernes aproximadamente 207.199 hectáreas (800 millas cuadradas) de seis territorios ancestrales, los dos mayores de los cuales se encuentran en la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo y un lugar clave de absorción de carbono que contribuye a moderar el cambio climático, según se informó.
La tierra sigue bajo jurisdicción del gobierno federal, pero la designación otorga a los pueblos indígenas el derecho a utilizarla según sus tradiciones. Las actividades mineras están prohibidas, y la agricultura comercial y la tala requieren autorizaciones específicas, se explicó. Además, los no indígenas tienen prohibido realizar cualquier actividad económica en las tierras reconocidas. El movimiento indígena celebró la medida de Lula, aunque éste se había comprometido a crear 14 nuevos territorios a corto plazo.
Hoy demarcamos seis territorios indígenas, un paso importante, dijo Lula en las redes sociales. No dejen de organizarse y exigir. El gobierno existe para servir a los intereses del pueblo.
En un campamento indígena en la capital, Brasilia, Lula se dirigió a una multitud que también descuidó a los trabajadores de la agencia de asuntos indígenas del gobierno federal, que levantaron consignas y sostuvieron pancartas durante la ceremonia.
Vamos a legalizar las tierras indígenas. Es un proceso que lleva algún tiempo porque tiene que pasar por muchas manos, dijo Lula. No quiero que ningún territorio indígena quede sin demarcación durante mi gobierno. Ese es el compromiso que asumí con ustedes.
El mandatario brasileño dijo que la lucha de los pueblos indígenas por la demarcación es una lucha por el respeto, por los derechos, por la protección de nuestra naturaleza y de nuestro país. Sigamos adelante.
La mayor de las nuevas zonas se encuentra en el estado de Amazonas. El Territorio Indígena Uneiuxi del pueblo Nadöb se ha ampliado un 37%, hasta 554.000 hectáreas (2.100 millas cuadradas) de selva tropical primaria. Se encuentra en una zona remota: desde la aldea principal se tardan cuatro días en llegar a la ciudad más cercana en lancha a motor, el medio de transporte más común de la región.
La demarcación hará que el pueblo Nadöb se sienta seguro dentro de nuestro territorio. Allí es donde vivimos, pescamos, cazamos y recogemos frutos. Queremos quedarnos allí, como nuestros antepasados, dijo el jefe Eduardo Castelo, de 45 años, a The Associated Press en una entrevista telefónica. No queremos el impacto de los blancos en nuestro territorio.
El presidente izquierdista prometió en la conferencia de la ONU sobre cambio climático COP27 del año pasado proteger la selva amazónica y reforzar los organismos de inspección y los sistemas de vigilancia y tomar medidas drásticas contra los delitos medioambientales. Ha dicho que la demarcación de tierras a los pueblos indígenas es necesaria para que el país alcance sus objetivos de deforestación cero en la Amazonia para 2030.
La medida de Lula también busca deshacer el daño causado durante la administración del ex presidente Jair Bolsonaro, quien había prometido no ceder ni un centímetro más de tierra a los indígenas. Según la revista científica Nature, la deforestación bajo Bolsonaro creció un 129%. La selva amazónica es un amortiguador crucial contra el cambio climático, ya que los vastos bosques tropicales absorben una cantidad significativa de dióxido de carbono cada año.