En una carta dirigida a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió que se ponga fin a la incitación al odio y subrayó que lo ocurrido el 8 de enero en Brasilia fue la culminación de una operación que utilizó la mentira como munición. Por ello, abogó por la regulación de las plataformas digitales para hacer frente a la difusión de mentiras y desinformación en el entorno virtual.
El líder del Partido de los Trabajadores también afirmó que es necesario combatir la concentración del mercado digital democratizando la Internet y promoviendo la autonomía de los países en desarrollo en este ámbito.
En respuesta a una invitación de la Directora General de la Unesco, Audrey Azoulay, Lula envió la carta, que fue leída el miércoles en París, en la apertura de la conferencia Internet for Trust, un evento con el cual la Unesco propone la discusión de directrices globales para regular las plataformas digitales, mejorar la fiabilidad de la información y proteger la libertad de expresión y los derechos humanos.
Necesitamos un equilibrio. Por un lado, necesitamos garantizar el ejercicio de la libertad de expresión individual, que es un derecho humano fundamental. Por otro, tenemos que garantizar un derecho colectivo: el derecho de la sociedad a recibir información fiable, no mentiras ni desinformación. Tampoco podemos permitir que la integridad de nuestras democracias se vea afectada por las decisiones de unos pocos actores que actualmente controlan las plataformas, escribió Lula.
La coordinadora del programa Infancia y Consumo del Instituto Alana, Maria Mello, que participó en los debates del evento de la UNESCO en París, señaló que todo el mundo ha estado debatiendo y avanzando en la regulación de las plataformas y que es necesario un esfuerzo de comunicación para mostrar que no estamos hablando de censura. Comparó las medidas ya tomadas sobre el consumo de tabaco en Brasil, donde el producto sigue fabricándose y vendiéndose, pero en base a parámetros que garantizan mayor seguridad a la población.
El Instituto Alana es una organización de la sociedad civil que trabaja por la protección de la infancia. Mello señaló que los niños representan un tercio de todos los usuarios de Internet en el mundo, aunque muchas plataformas digitales no permiten, en sus condiciones de uso, la participación de este público.
Los niños se ven afectados por problemas que van desde la recolección y tratamiento de sus datos personales con el objetivo de la modulación del comportamiento, la segmentación publicitaria, que es ilegal en nuestro país, hasta la adicción que genera el modelo de negocio basado en el engagement, pasando por el consumo de contenidos desinformativos y de odio, entre otros muchos riesgos, señaló Mello.
Por ser hipervulnerables, los niños deben tener protección especial dondequiera que estén, incluso en Internet. Todos los sectores de la sociedad, incluidas las plataformas digitales, deben asumir su deber de cuidado hacia los niños y adolescentes en Internet, añadió.
En su carta a la Unesco, Lula afirmó que los atentados del 8 de enero contra las sedes de los tres poderes del Estado fueron el resultado de una campaña gestionada, organizada y difundida a través de diversas plataformas digitales y aplicaciones de mensajería.
Lo que ocurrió ese día fue la culminación de una campaña, iniciada mucho antes, que utilizó la mentira y la desinformación como munición. Y tuvo como blanco la democracia y la credibilidad de las instituciones brasileñas.
Lula dijo que era el mismo método que ya había generado actos de violencia en otras partes del mundo; esto tiene que parar.
Para Lula, la regulación de las plataformas tiene que hacerse de forma transparente y con participación social, para garantizar su eficacia, y coordinarse multilateralmente a nivel internacional, implicando a gobiernos, expertos y sociedad civil. La regulación debe garantizar el ejercicio de los derechos individuales y colectivos.
Lula también afirmó que las plataformas digitales han definido la forma en que las personas se comunican, se relacionan y consumen productos y servicios. Para el presidente, Internet ha traído resultados extraordinarios a la economía y las sociedades mundiales, ayudando a promover y difundir el conocimiento, facilitando el comercio, aumentando la productividad y ampliando la oferta de servicios y la circulación de información.
En otro orden de cosas, el mandatario afirmó que el entorno digital ha traído consigo la concentración del mercado y del poder en manos de unas pocas empresas y países. También ha traído riesgos para la democracia. Riesgos para la convivencia civilizada entre las personas. Riesgos para la salud pública. La difusión de información errónea durante la pandemia contribuyó a miles de muertes. Los discursos de odio hacen víctimas todos los días. Y los más afectados son los sectores más vulnerables de nuestras sociedades.
Lula también subrayó que es necesario reducir la brecha digital y promover la autonomía de los países en desarrollo en este ámbito. Para el presidente, los beneficios obtenidos del desarrollo de Internet y de las plataformas digitales se distribuyen de forma desproporcionada entre personas de diferentes niveles de renta, ampliando la desigualdad social.
Necesitamos garantizar el acceso a Internet para todos, y promover la educación y las habilidades necesarias para una inserción activa y consciente de nuestros ciudadanos en el mundo digital. Los países en desarrollo deben ser capaces de actuar de forma soberana en la moderna economía de los datos, como agentes y no sólo como exportadores de datos o consumidores pasivos de contenidos, escribió.
Los representantes de la Unesco afirmaron que las plataformas digitales se han utilizado como vectores de desinformación, discursos de odio, teorías conspirativas y otros contenidos potencialmente dañinos para la democracia y los derechos humanos. Cientos de representantes de gobiernos, organismos reguladores, empresas digitales, universidades y sociedad civil participan en persona o a distancia en esta reunión en la sede de la Unesco en París.
En la apertura del foro, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, defendió que los grandes peligros de Internet en la actualidad (la desinformación y el auge del discurso del odio) no son una anomalía o un accidente momentáneo, sino una consecuencia del modelo económico de las grandes plataformas. Necesitamos directrices, señaló el responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y las necesitamos ya.
También participaron en la conferencia el Secretario General de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire, y la periodista filipina Maria Ressa, galardonada con el Premio Nobel, que pidió el fin de la impunidad en Internet. De lo contrario, advirtió, la esfera digital seguirá premiando la explotación de mentiras y miedos.
Estamos en un mundo muy diferente, donde la libertad de expresión se utiliza para aplastar la libertad de expresión, argumentó.
(con aportaciones de Agência Brasil y de la UNESCO)