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Más manifestantes muertos en Perú en otra jornada de protestas
Boluarte insistió en que los manifestantes quieren apoderarse del país mediante la violencia El número de personas muertas tras la toma de posesión de la presidenta Dina Boluarte a principios del mes pasado, luego de la destitución de Pedro Castillo Terrones, que había intentado disolver el Congreso y gobernar por decreto, ascendió a 54 el jueves, cuando los manifestantes protagonizaron la llamada Toma de Lima en la capital peruana y se registraron enfrentamientos con las fuerzas del orden en otras partes del país sudamericano, asolado por la violencia.
Miles de manifestantes exigieron la dimisión de Boluarte en Lima a pesar de la presencia policial de 11.800 efectivos. Su marcha desencadenó otras acciones en todo el país en busca de nuevas elecciones y una asamblea constituyente.
Los preparativos de la Toma de Lima se habían prolongado durante toda la semana. La marcha, convocada por sindicatos y otros grupos opositores a Boluarte, comenzó pacíficamente antes de las 16.00 hora local (21.00 GMT), pero pronto estallaron enfrentamientos con la policía de manifestantes que coreaban “Dina asesina” y otras consignas similares. La Policía Nacional del Perú (PNP) utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que les lanzaban piedras y palos.
“Las marchas continuarán” hasta que renuncie Boluarte, afirmó el secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), Gerónimo López, independientemente de que el gobierno haya decretado 30 días de emergencia en Lima, Cusco, Callao y Puno, dejando en suspenso el ejercicio de los derechos constitucionales. “No hay autorización de la policía, nunca se pide autorización para una manifestación social, no es una obligación”, insistió López.
Las protestas estallaron después del 7 de diciembre, cuando Castillo fue destituido y puesto en prisión preventiva. El indigenista Castillo cuenta con un fuerte apoyo en todo el país, pero es muy resistido en Lima, donde los negocios situados a lo largo del recorrido de los manifestantes cerraron durante todo el día. También se informó de un incendio el jueves por la noche en un viejo edificio de cuatro plantas cerca de la plaza San Martín, donde se reunieron cientos de manifestantes.
Un hombre murió en un hospital de la ciudad de Macusani, en la región sureña de Puno, donde estaba siendo tratado por las heridas sufridas tras los enfrentamientos del miércoles. La víctima, identificada como Salomón Valenzuela, tenía 30 años. Una mujer de 35 años también murió el miércoles en el hospital San Martín de Porres de Macusani tras recibir un disparo durante la quema de una comisaría y un edificio judicial.
Los servicios ferroviarios entre Cuzco y la ciudadela inca de Machu Picchu se suspendieron por precaución, al igual que las operaciones en los aeropuertos de Cuzco y Arequipa, donde unos 200 manifestantes tomaron la terminal aérea durante unos instantes antes de ser desalojados por la fuerza, registrándose violentos enfrentamientos. Se quemaron partes de la iluminación de la pista de aterrizaje, según medios locales. En apoyo de este grupo, otros 1.500 opositores se desplegaron alrededor de la estación aérea, mientras que otros miles participaron en una concentración en el centro de Arequipa.
La presidenta Boluarte insistió el jueves en que su Gobierno se mantenía “firme” pese a las protestas. ”Quiero desmentir las noticias falsas (...) El Gobierno está firme y su gabinete está más unido que nunca“, dijo Boluarte a los periodistas en el Palacio de Gobierno de Lima, al tiempo que insistió en su disposición a dialogar con las fuerzas sociales del país que exigen su renuncia, pero advirtió a los manifestantes que sabían que sus acciones estaban ”al margen de la ley“ y los acusó de querer ”romper el Estado de derecho, generar caos y desorden“ para tomar el poder. La jefa de Estado insistió en que su administración actuaría ”con todo el peso de la ley“ y alabó la ”inmaculada” actuación de la PNP durante los sucesos del jueves.
Hasta el momento, 44 manifestantes y un policía han muerto en las protestas, mientras que otras personas, entre ellas un bebé nonato y cuatro ciudadanos haitianos, perecieron en bloqueos de carreteras en los que no participaron las fuerzas del orden.
