Se prevé que las emisiones mundiales de energía alcancen su punto máximo en 2025 como resultado de un cambio en las inversiones tras la invasión de Rusia a Ucrania, que impulsó las fuentes renovables a la vanguardia, según el informe anual Perspectivas de la Energía en el Mundo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicado esta semana.
La crisis energética mundial desencadenada por la invasión rusa de Ucrania está provocando cambios profundos y duraderos que tienen el potencial de acelerar la transición hacia un sistema energético más sostenible y seguro, señala el estudio.
Los mercados y las políticas energéticas han cambiado no sólo por el momento, sino por las décadas venideras, dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, un año después de que la organización hablara de que no hay un pico claro a la vista en las emisiones energéticas.
Basándose en los últimos anuncios ante el aumento de los precios de la energía, la AIE prevé que la inversión mundial en energías limpias aumente en más de un 50 % hasta alcanzar los 2 billones de dólares anuales en 2030, lo que impulsará un aumento sostenido de las energías renovables y la energía nuclear.
Las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía se reducirán lentamente, pasando de 37.000 millones de toneladas anuales a 32.000 millones en 2050, añade el informe.
Se espera que los impactos del cambio climático sean graves a finales de siglo: El uso del carbón se reducirá en los próximos años a medida que se disponga de más energías renovables, mientras que el gas natural alcanzará una meseta a finales de la década, en lugar de la previsión anterior de un aumento constante. La demanda de petróleo se estabilizará a mediados de la década de 2030 y luego disminuirá gradualmente hacia mediados de siglo debido a la adopción de vehículos eléctricos, en lugar de la estimación anterior de un aumento constante. Por lo tanto, la cuota de los combustibles fósiles se reducirá de alrededor del 80% a poco más del 60% en 2050, lo que dejará al mundo en camino de un aumento de la temperatura global de alrededor de 2,5 grados Celsius.
El documento de la AIE también prevé cero emisiones netas para 2050, lo que es necesario para alcanzar el objetivo de 1,5 °C de calentamiento según el Acuerdo de París. Pero eso requeriría inversiones en energía limpia de unos 4 billones de dólares al año para 2030, en lugar de la previsión actual de 2 billones.
La AIE, con toda su experiencia y autoridad, es clara: las inversiones en energías limpias deben triplicarse para 2030, y el gas es un callejón sin salida, debido a su alto precio, volatilidad, [y] dependencia geopolítica, dijo Laurence Tubiana, de la Fundación Europea del Clima.