La 52ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos reunida en Lima, Perú, adoptó por unanimidad una Declaración Hemisférica de Solidaridad tras el atentado del 1 de septiembre en Buenos Aires contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK)
La iniciativa fue presentada por la Cancillería argentina y respaldada por Bolivia, Colombia, Honduras, México, Perú, Uruguay, Chile, Costa Rica, Panamá, Guatemala y Trinidad y Tobago.
El documento declara que tal acto constituye una afrenta a la democracia y por lo tanto merece la más enérgica condena. Asimismo, rechaza toda forma de violencia política y llama a seguir caminos que conduzcan a la paz social y al respeto de las instituciones democráticas y del Estado de Derecho.
La OEA también volvió a pedir la reanudación del diálogo entre Argentina y el Reino Unido sobre las Islas Malvinas, sobre las que, según el organismo, Argentina tiene derechos legítimos. Brasil, Chile, México, Uruguay, Perú, Bolivia, República Dominicana, Honduras, Guatemala, Costa Rica y El Salvador fueron algunos de los países que apoyaron la petición de Argentina, considerada una causa latinoamericana.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, destacó el apoyo histórico del organismo en este tema. Los derechos territoriales inalienables de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur van de la mano con la posición de esta región; es necesaria una solución pacífica y negociada, subrayó el funcionario de origen uruguayo.
Durante su estancia en Lima, Almagro se reunió con Carolina Ribera, hija de la ex presidenta boliviana Jeanine Añez, tras lo cual pidió la liberación de los presos políticos.
Hace meses escribí a la OEA pidiendo a los gobiernos democráticos de las Américas que incluyeran en su agenda diaria el tema urgente de la situación y liberación de los presos políticos. Gracias Luis Almagro por escuchar a Carolina Ribera. La persecución política debe terminar, dijo Añez en una nota manuscrita entregada a Almagro.
Ribera insistió en que los países de la región y los organismos internacionales deben conocer la verdad del pueblo boliviano y ayudarnos a denunciar cada uno de los crímenes cometidos por quienes destruyen la democracia y la institucionalidad en nuestro país.
Sin embargo, el margen de maniobra de Almagro se reduce cada vez más, ya que ahora se encuentra bajo investigación interna por una supuesta relación personal con una subordinada, lo que viola el código de ética de la organización, se informó en Lima, donde la prensa también mencionó que en la sede de la OEA en Washington DC el caso es una vieja noticia para unos 600 trabajadores que se sienten incómodos e intimidados por la empleada mexicana 20 años menor que el jefe.
Según los reportes, la relación se puede rastrear al menos desde 2019 en Medellín, Colombia, y se habría fortalecido tras la separación de Almagro de su segunda esposa en 2020. La ética de la OEA prohíbe a los funcionarios mantener relaciones íntimas con sus colegas de manera que interfieran con el desempeño de sus funciones o perjudiquen a otros en el lugar de trabajo.
En caso de que se produzca esa relación, el funcionario de mayor rango debe procurar desprenderse de cualquier función que supervise a la otra persona o que la beneficie de alguna manera. Almagro nunca participó en ninguna decisión sobre los intereses de esta funcionaria dentro de la OEA, dijo el portavoz Gonzalo Espariz en un correo electrónico a The Associated Press.
La mujer, que ha afirmado ser asesora o a veces asesora principal del secretario general, ha cambiado su perfil de LinkedIn para reflejar que ya no ejerce esa función. La oficina de prensa de la OEA dijo que está de baja sin sueldo desde junio. También se la menciona en una biografía de Almagro publicada a finales de 2020 en Uruguay por Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich.
Almagro fue elegido para dirigir la OEA con un apoyo casi unánime en 2015, tras haber sido ministro de Asuntos Exteriores en Uruguay. Es conocido por ponerse del lado de Estados Unidos contra los gobiernos socialistas de Cuba y Venezuela.