Una columna publicada por el Financial Times ha subrayado que la administración del presidente Alberto Fernández necesitaba objetivos más estrictos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar que un gobierno débil y populista se descarrile.
El periódico dijo que el acuerdo firmado en marzo con el FMI ya está en problemas y advirtió que el organismo internacional debería haber insistido en objetivos más estrictos para inspirar la confianza empresarial y la inversión en medio del populismo peronista y de políticas económicas fallidas.
Amor duro, en lugar de vendas, es lo que necesita Argentina, subrayó el Financial Times. La publicación también resaltó que Argentina debería estar floreciendo por sus reservas de gas, petróleo y litio, su vibrante sector tecnológico y sus exportaciones de cereales, y sin embargo se tambalea hacia uno de sus recurrentes colapsos.
El periódico también estimó que la inflación anual podría alcanzar el 90% y señaló que los argentinos se apresuran a deshacerse de sus pesos locales.
El FT también advertía de que la deuda soberana del país, reestructurada hace menos de dos años, volvía a cotizar a niveles angustiosos mientras los inversores se ponen a cubierto, al tiempo que el país lucha por financiarse
tras haberse aislado de los mercados internacionales como consecuencia de su incumplimiento de 2020.
El periódico británico señaló asimismo que el Gobierno argentino estaba emitiendo copiosas cantidades de deuda interna a tasas de interés cada vez más altas, en su mayoría vinculadas a la inflación, y alentando al Banco
Central (BCRA) a imprimir más y más pesos para llenar el vacío.
Los estrictos controles de cambio, las restricciones a la exportación de granos, los subsidios a la energía y el congelamiento de precios impuesto por el Estado completan un panorama sombrío, señaló la publicación. Pero si la economía es mala, la política es posiblemente peor, continuaba.
El Financial Times atribuyó a las desavenencias entre el presidente Alberto Fernández y la poderosa vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) la salida del ex ministro de Economía Martín Guzmán, quien había planificado exitosas reestructuraciones de la deuda con acreedores privados y el FMI.
Según el FT, CFK y sus aliados odiaban a Guzmán por su negativa a aumentar el gasto. Su salida privó al gobierno de su único funcionario creíble, señaló también la publicación.
El periódico argumentó que las probabilidades estaban en contra de que la recién nombrada ministra de Economía, Silvina Batakis, cumpliera su promesa de honrar los objetivos acordados con el FMI, tanto desde el punto de vista político como financiero.
El artículo dice que el FMI fue demasiado indulgente al presentarse como un socio útil para el perpetuo moroso e insistió en que el eterno villano de la política argentina había aceptado un rescate que ya estaba en problemas.
En este escenario de tormenta perfecta, la historia está a punto de repetirse, advirtió el FT. Porque, salvo el FMI y Batakis, nadie parece creer que el país pueda seguir cumpliendo los objetivos anuales.
Para colmo de males, prosigue el artículo del FT, el dólar estadounidense cotiza en el mercado no oficial al doble que en las tablas de cambio del Gobierno, por lo que la ruina financiera está al acecho, subraya el FT, al tiempo que señala que los economistas del Citibank consideran muy poco probable que el Gobierno consiga controlar la emisión, aumentar sus reservas o recortar el déficit.