La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a la conclusión, tras una reunión de emergencia, de que 3.200 casos y una sola muerte por viruela del mono en todo el mundo no son suficientes para considerar la enfermedad una emergencia mundial, según se anunció.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que por el momento la situación no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional, que es el nivel más alto de alerta que puede emitir la OMS.
El comité de emergencia compartió su grave preocupación por la escala y la velocidad del actual brote, añadió.
Los casos de la enfermedad han ido aumentando desde mayo más allá de los países en los que era endémica en África Occidental y Central, y se centran especialmente en Europa. Hasta ahora se han registrado 3.200 casos y una muerte en unos 50 países.
Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor muscular y distonía. Aparecen erupciones en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies; lesiones, pústulas y costras, que remiten en unas tres semanas.
El comité de emergencia de la OMS se reunió el jueves en Ginebra para evaluar si el brote constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional.
La declaración de la emergencia internacional crea las condiciones para aumentar la coordinación entre los países para frenar la circulación del virus. Actualmente, el COVID-19 y la poliomielitis ostentan esa categoría.
Desde principios de mayo, la viruela del mono se ha extendido rápidamente por toda Europa, sobre todo en Londres, Madrid y Lisboa, y cada vez más en Berlín y París, mientras que también se ha informado de un aumento de casos en Bélgica, Países Bajos e Italia.
La viruela del mono es una enfermedad zoonótica cuyo reservorio son los pequeños roedores de África central y occidental. Se transmite a los humanos a través de fluidos, especialmente durante las relaciones sexuales, pero también por el mero contacto cercano con una persona infectada o con ropa de cama u otras superficies compartidas.
En América Latina se han detectado casos en Argentina, Brasil y Colombia.