La Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) ha advertido a la Policía paraguaya de un posible calco de la reciente masacre en una escuela primaria de Texas en la que murieron 21 personas.
Un adolescente paraguayo apoyó en Instagram lo que hizo el joven de 18 años Salvador Ramos a principios de esta semana en una escuela de Uvalde, Texas, y dijo que haría lo mismo en el país sudamericano.
El comisario de la policía paraguaya Diosnel Alarcón dijo que el sospechoso detrás de estas amenazas había sido identificado y que sus padres ya habían sido citados. Un equipo psicológico está trabajando en el caso, mientras que el menor quedó al cuidado de sus padres, señaló también Alarcón.
El jefe policial dijo además que estas alertas se producen constantemente cuando en redes sociales se detectan comportamientos de personas que podrían querer atentar contra su vida o la de otras personas de su entorno.
La noticia recibida fue la alerta de un hecho punible en un colegio, expresó. No se difundieron más detalles sobre el sospechoso para preservar su identidad, según el artículo 29 del Código de la Niñez paraguayo, que prohíbe la publicación de datos que permitan identificar a menores de edad como víctimas o presuntos autores de hechos punibles.
En la masacre de Texas de esta semana, Ramos se subió a un vehículo y se dirigió a las inmediaciones de la escuela primaria Robb. En el trayecto sufrió un accidente de tráfico. Acababa de disparar a su abuela en la cara en su casa. En su camino a pie hacia la escuela, Ramos disparó a dos personas que estaban en una funeraria al otro lado de la calle, sin herirlas. La puerta del colegio estaba abierta por razones que aún se están investigando. Posteriormente, el autor disparó contra un aula llena de niños, matando a 19 de ellos y a dosdocentes. Las fuerzas del orden tardaron más de una hora en entrar al establecimiento y abatir a Ramos, cuyos motivos aún no están claros. No se le conocen antecedentes penales ni enfermedades mentales.