Grupos ambientalistas en México han objetado que una de las obras más publicitadas del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el Tren Maya, está devastando enormes extensiones de selvas vírgenes.
La vía férrea, que está en construcción y atraviesa cinco estados del sureste del país, habría destruido unos 120 kilómetros cuadrados de selva, mientras que 8,7 millones de árboles y plantas han sido talados. Las asociaciones ecologistas también han advertido que unos 6.000 cenotes (pozos naturales) y ríos subterráneos están en riesgo.
Pedro Uc, de la Asamblea por la Defensa del Territorio Maya Muuch'Xiinbal, señaló que según el trazado original se iban a afectar grandes áreas de selva pero al cambiar el proyecto se amplificó el daño. El plan inicialmente estaba presupuestado en alrededor de US$ 6 mil millones, pero ha subido a US$ 10 mil millones, debido a cambios en el diseño.
El sistema ferroviario recorrerá cerca de 1.500 kilómetros a través de los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, algunos de los cuales se encuentran entre los más pobres del país.
Uc destacó que el impacto ambiental que genera este proyecto es “muy grave y no será compensado de ninguna manera”. Agregó que la orden de AMLO de terminar urgentemente el proyecto a pesar de que está mal hecho pone en riesgo la vida de muchas personas.
Las ONG han criticado a la administración de AMLO por no presentar una evaluación ambiental sobre las posibles consecuencias de la vía férrea en la zona, en particular un cambio en la ruta entre Cancún y Tulum, en una de las regiones más turísticas del país, en el estado de Quintana Roo, con el fin de “no afectar a los hoteles de lujo”, sin perjuicio de las consecuencias reales para más de 6.000 cenotes y ríos subterráneos.
“Es una obra mal hecha que implica la destrucción del espacio. Es una obra muy grande que está destruyendo buena parte de la península de Yucatán”, dijo Uc. También representa un riesgo para los usuarios, agregó. En 2021 solicitó dos medidas cautelares para detener la obra.
Una iniciativa que ya ha sido respaldada en línea por más de 63.000 personas, los activistas afirman que “la construcción apresurada de este proyecto amenaza la salud de los ecosistemas y su
biodiversidad, la conservación de la fauna, los acuíferos que son fundamentales para la atracción turística y para la naturaleza.
El Tren Maya fragmentará la selva y provocará impactos irreversibles en la vegetación, el suelo, el agua y la biodiversidad, acelerando la urbanización, prosiguieron los activistas y señalaron que dado que aún no se ha determinado la ruta exacta final, estas organizaciones no pueden medir el impacto ambiental exacto que las obras pueden tener.
Hasta el momento, el Tren Maya ha causado deforestación y contaminación de cavernas, lagunas, manglares y cenotes, lo que se traduce en la “extinción de flora y fauna”, según estos grupos. La mayor parte del daño se nota a simple vista entre Playa del Carmen y Tulum, en Quintana Roo.
La ruta del Tren Maya está habitada, entre otras, por especies de murciélagos que podrían ser mortalmente dañados por las vías del tren y poner en riesgo la integridad de su hogar, la cueva El Volcán de los Murciélagos, según el sitio digital Serendipia. En los 41 municipios a lo largo de la ruta actual, hay 94 especies que enfrentan destinos similares, según este sitio web.