El diplomático de carrera David Frost entregó su renuncia a su puesto de negociador británico en la fase posterior al Brexit, por desacuerdos con la dirección tomada por el gobierno de Boris Johnson, asestando así otro golpe a la imagen del Primer Ministro.
Johnson nombró este domingo a la ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, para dirigir los asuntos posteriores al Brexit luego de la partida de Frost el sábado por la noche.
Frost estaba manejando los contactos posteriores al Brexit con la Unión Europea (UE), particularmente el conflictivo Protocolo para Irlanda del Norte, que prevé un nuevo régimen aduanero para la provincia británica, que la mantiene de facto en el mercado interno de la UE. Londres lleva meses retrasando los controles aduaneros porque la frontera comercial está fijada en el Mar de Irlanda, entre Gran Bretaña e Irlanda. Las negociaciones sobre este tema se reanudarán en enero.
Truss, de 46 años, a cargo de la diplomacia británica desde septiembre, ahora reemplazará a Frost, se anunció. Liz Truss asumirá la responsabilidad ministerial de la relación con la Unión Europea con efecto inmediato, dijo el Gobierno en un comunicado.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, indicó en Twitter que continuará cooperando con el Reino Unido con el mismo espíritu constructivo.
Después de defender inicialmente la permanencia en la Unión Europea durante el referéndum de 2016, Truss dijo que había cambiado de opinión y explicó que veía al Brexit como una fuente de oportunidades económicas. Truss es una figura popular en las filas de la mayoría conservadora. Su nombre aparece regularmente como posible sucesora de Johnson, quien está rodeado de escándalos.
La semana pasada sufrió una revuelta interna en su partido Conservador debido a las medidas contra COVID-19, seguida de la pérdida de un bastión conservador en unas elecciones parciales en Inglaterra. También se enfrenta a un brote de casos de coronavirus de la variante Ómicron.
En su carta de renuncia Frost, señaló que las nuevas restricciones para combatir el coronavirus, el aumento de impuestos y la política aplicada para lograr la neutralidad de carbono en 2050, fueron los motivos de su salida.
Usted conoce mis preocupaciones con respecto al manejo actual de los asuntos, le escribió a Johnson, enfatizando que con el Brexit ya asegurado, ahora el desafío para el gobierno es aprovechar las oportunidades.
En su nota, Frost dijo que inicialmente planeaba renunciar en enero para garantizar una transición sin problemas, pero decidió renunciar inmediatamente después de que su próxima partida se filtrara a la prensa. Es decepcionante que este plan se haya hecho público, dijo Frost.
Usted tomó una decisión valiente en julio, contra una oposición considerable, de abrir el país nuevamente. Lamentablemente, no resultó ser irreversible, como yo deseaba, y creo que usted tambié. Espero que podamos retomar el camino pronto y no se deje tentar por el tipo de medidas coercitivas que hemos visto en otros lugares, dijo Frost a Johnson. Casi 100 parlamentarios conservadores votaron en contra del plan del gobierno sobre las nuevas restricciones de COVID-19. Johnson también ha sido criticado por varias reuniones navideñas por parte de funcionarios del gobierno el año pasado, que supuestamente rompieron las reglas de confinamiento y distanciamiento.
El Primer Ministro agradeció a Frost por su incansable trabajo, determinación y visión durante las polémicas conversaciones con la UE.
Frost había trabajado en Bruselas en la década de 1990 y fue embajador en Dinamarca entre 2006 y 2008. También dirigió la Scotch Whisky Association (SWA), ahora encabezada por el ex embajador de Londres en Buenos Aires, Mark Kent.