La expresidenta interina de Bolivia, Janine Áñez, fue hospitalizada luego de lesiones autoinfligidas que se cree fueron un intento de suicidio tras enterarse de que había sido acusada de genocidio como consecuencia de dos masacres en los eventos de 2019 que rodearon la renuncia de Evo Morales y su acceso al poder.
Áñez, en prisión preventiva por los casos penales en su contra, fue regresada al centro de detención de Miraflores luego de que los médicos consideraran que su estado era estable.
El ministro del Interior, Eduardo del Castillo, explicó en rueda de prensa que Áñez había intentado generar autolesiones y que tiene unos rasguños en uno de sus brazos. Castillo agregó que Áñez estaba completamente estable y que sus heridas eran superficiales.
El funcionario insistió en que se garantizaban todos los derechos fundamentales de Áñez, quien, desde su arresto, ha tenido problemas de salud como presión arterial alta y depresión.
Los expresidentes Carlos Mesa (2003-2005), Jaime Paz Zamora (1989-1993) y Jorge Quiroga Ramírez (2001-2002) han expresado su preocupación por la salud de Áñez a través de una carta conjunta a la Fiscalía General del Estado y al Poder Judicial para atender la integridad física y psicológica de Áñez.
La misiva destaca que los informes médicos y las imágenes de la ex presidenta muestran un deterioro de su salud y subraya que era crucial y urgente revisar su situación jurídica.
Mantener detenida a la ex presidenta puede tener consecuencias lamentables para ella, su familia y el país, coincidieron los tres ex mandatarios. Extendemos nuestra preocupación a las organizaciones internacionales de derechos humanos, y les pedimos que verifiquen la situación física y emocional de la ex presidenta Jeanine Áñez, prosigue la carta.
En las últimas semanas Áñez salió del penal de Miraflores en La Paz donde se encuentra cumpliendo su prisión preventiva por el caso denominado golpe de Estado para someterse a diversas pruebas médicas en las que fue vista varias veces en silla de ruedas y con dificultades para caminar.
Áñez lleva detenida más de cinco meses, luego de ser acusada de delitos como terrorismo, sedición y conspiración en el llamado caso del golpe de Estado por los hechos ocurridos durante la crisis política y social de 2019.
Grupos de oposición al gobierno del actual presidente Luis Arce han enviado cartas a organismos internacionales para respetar los derechos humanos de Áñez y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia ha solicitado que se permita a la expresidenta defenderse en libertad.
Una delegación de la ONU visitó a Áñez en su lugar de detención este domingo y pidió a las autoridades penitenciarias que implementen estrategias integrales para la atención y prevención de las autolesiones y el suicidio, siempre desde una perspectiva de género.
“Si bien se constató que se están implementando algunas medidas de respuesta, como autorizar el acompañamiento familiar en la noche, los estándares internacionales señalan que las autoridades penitenciarias deben implementar estrategias integrales de atención y prevención de las autolesiones y el suicidio para proteger la vida, integridad y salud de las personas bajo su custodia, dijo el grupo de la ONU en un comunicado.