Disparos e incidentes empañaron el sepelio este viernes del asesinado presidente de Haití, Jovenel Moïse. La ceremonia se llevó a cabo más de dos semanas después de su asesinato, que sumió al país en caos y disturbios más profundos.
Momentos antes del funeral, una multitud enojada comenzó a insultar al jefe de la Policía Nacional de Haití (PNH), Léon Charles, llamándolo asesino, asesino, pero fueron dispersados por un escuadrón de seguridad con gas lacrimógeno.
Los enardecidos manifestantes luego quemaron neumáticos y basura en las calles circundantes, según el periódico Gazette Haití.
La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas Greenfield, estaba entre los dignatarios que debieron buscar refugio, junto con la Representante Especial de la ONU en Haití, Helen La Lime.
El funeral de Moïse tuvo lugar en Cap-Haitien, lugar natal del presidente, al norte del país. La ceremonia involucró altas medidas de seguridad, se informó. El jefe de estado había sido asesinado en un ataque estilo comando contra su residencia de Puerto Príncipe el pasado 7 de julio.
El féretro presidencial estaba cubierto por la bandera nacional y escoltado por una guardia militar de honor.
La viuda de Moïse, Martine Marie Etienne, herida en el ataque a su esposo y trasladada en avión a Miami para recibir tratamiento médico, estuvo presente durante el entierro. Insistió en que su esposo había sido abandonado y traicionado y que su muerte se debió a sus planes de ayudar a los desfavorecidos del país.
Escoltada por guardaespaldas, periodistas y una multitud que gritaba justicia, justicia, Martine subió al escenario, se detuvo frente a un retrato de su difunto esposo y luego recorrió el escenario cubierta de rosas blancas, aves del paraíso y claveles.
La Sra. Moïse dijo que su esposo conocía bien los vicios de este sistema corrupto e injusto y se preguntó qué había hecho para merecer ese castigo. La ex primera dama destacó que el presidente fue asesinado con extrema crueldad y barbarie e insistió en que Moïse fue asesinado por sus planes de electrificar el país y su deseo de defender a los desfavorecidos. Perdimos una batalla pero no la guerra, enfatizó la mujer visiblemente emocionada.
El hijo de Moïse, Joverlein, también habló durante la ceremonia. Describió a su padre como un hombre honesto. Puedes matar a mi padre pero no a sus ideas, dijo.
Mientras tanto, el primer ministro Ariel Henry prometió llevar ante la justicia a los asesinos de Moïse y organizar elecciones presidenciales y legislativas, según lo exige la población y la comunidad internacional.