El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este miércoles decretos para reducir la extracción de hidrocarburos y las emisiones de dióxido de carbono y duplicar la generación de energía eólica con aerogeneradores marinos.
En un acto en la Casa Blanca para firmar los decretos, Biden anunció que Estados Unidos organizará una cumbre sobre clima el próximo 22 de abril, el Día de la Tierra y del quinto aniversario de la firma del Acuerdo de París, al que Washington se volvió a unir horas después de la investidura del nuevo presidente, el 20 de enero.
Los decretos ordenan a distintos organismos del Gobierno eliminar subsidios a la industria de los hidrocarburos y frenar las licitaciones para la explotación de petróleo, gas y carbón en terrenos y aguas federales, lo que sigue a una suspensión de 60 días en las perforaciones en esos sitios ya anunciada la semana pasada.
Además, los documentos comprometen al Gobierno a proteger el 30% de las tierras y aguas federales para 2030, con el fin de detener la pérdida de biodiversidad, y a desarrollar una flota de vehículos oficiales completamente eléctricos fabricados por trabajadores en Estados Unidos.
Ha llegado el momento de lidiar con esta amenaza máxima que hoy está ante nosotros, el cambio climático, con un sentido de mayor urgencia. Ya esperamos demasiado para lidiar con la crisis climática. No podemos esperar más. Es hora de actuar.
Durante su campaña, el mandatario demócrata se fijó como meta eliminar la contaminación dejando de usar combustibles fósiles hasta llegar a la neutralidad de carbono en el sector energético en 2035 y en toda la economía nacional en 2050, un plan ambicioso que busca frenar el cambio climático a nivel global.
En un giro respecto de otros Gobiernos de ambos partidos, Biden ordenó además a los organismos federales redirigir inversiones para ayudar a comunidades de áreas atadas económicamente con los combustibles fósiles y afectadas por los efectos ambientales que estos provocan, por lo general integrantes de minorías y de bajos ingresos.
Uno de los decretos firmados crea una iniciativa civil llamada Civilian Climate Corps Initiative para contratar a estadounidenses para que trabajen en la restauración de tierras y aguas federales, incrementando la reforestación y preservando la biodiversidad.