El gobierno de Venezuela afirmó que las dos embarcaciones guyanesas que capturó este fin de semana fueron sorprendidas “in fraganti” pescando de manera “ilegal” en aguas “de plena soberanía y jurisdicción” venezolanas, en un episodio que fue denunciado por Guyana y elevó la tensión entre ambos países, enfrentados por una disputa territorial.
La cancillería explicó en un comunicado que los barcos detenidos por la Armada “ejercían in fraganti pesca ilegal en aguas de plena soberanía y jurisdicción de Venezuela, sin contar además con ningún tipo de documentación legal”.
“La operación de la Armada Bolivariana se ejecutó en aguas de indiscutible soberanía venezolana, en pleno respeto a la legislación vigente, garantizando el debido proceso de los tripulantes detenidos”, sostuvo el texto.
El documento cuestionó la “nueva matriz mediática de las autoridades guyanesas”, que “deja al desnudo las pretensiones unilaterales de ese gobierno, en alianza con transnacionales petroleras, particularmente con la estadounidense ExxonMobil, sobre territorio venezolano no controvertido, así como sobre áreas marinas y submarinas pendientes por delimitar”.
Además, acusó a Guyana de haber incurrido en “una flagrante intromisión en asuntos internos” en el comunicado en que denunció la captura de los barcos, “al incorporar además una serie de absurdas y erráticas objeciones a la promulgación reciente de un decreto de ordenación territorial venezolano”.
La captura de los pesqueros se produjo el jueves pasado y en la noche del sábado fue denunciada por Guyana, que sostuvo que Caracas no le informó sobre las detenciones y exigió la liberación inmediata de los tripulantes.
“Guyana condena en los términos más duros posibles este acto de agresión sin sentido de parte de las fuerzas armadas de Venezuela”, expresó la cancillería guyanesa en un comunicado.
Basada en un mapa de la corona de España del siglo XVIII, Venezuela reivindica como propio desde 1844 el territorio del Esequibo o Guayana Esequiba, una superficie de 159.542 kilómetros cuadrados equivalente a 74,2% de los 214.970 kilómetros cuadrados en poder de Guyana y que nunca estuvo bajo soberanía efectiva española ni venezolana.
Caracas y Georgetown buscaron desde entonces resolver el conflicto mediante distintas vías que no dieron resultado pero sin que se convirtiera en un foco de tensión, hasta que en 2015 Exxon anunció un importante descubrimiento de petróleo en el océano Atlántico.
Entonces, Venezuela rechazó por primera vez una concesión otorgada por Guyana en el área en disputa y decretó la creación de cuatro “zonas de defensa integral marítima e insular”, una de las cuales abarca el área “en reclamación”.
Guyana respondió desechando la gestión de buenos oficios de la ONU -que había quedado paralizada un año antes- y llevó el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que a fin de 2020, y pese a la oposición de Venezuela, se declaró competente para resolverlo