El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, intentó distanciarse del magro desempeño de sus apadrinados y aliados en la primera vuelta de las elecciones municipales celebradas el domingo, en las que sus candidatos tuvieron una cosecha de votos bajísima en ciudades clave como San Pablo, la capital económica y financiera del país, y prefirió destacar el persistente debilitamiento de la izquierda.
La izquierda sufrió una histórica derrota en estas elecciones, en una clara señal de que la ola conservadora en 2018 llegó para mantenerse, tuiteó el mandatario que hizo campaña por 13 candidatos a alcaldes, nueve de los cuales fueron derrotados en los comicios y dos deberán competir en segunda vuelta, y apoyó a 45 postulantes a concejales, de los que solo 10 de ellos lograron una banca en las asambleas municipales.
Mi ayuda a unos pocos candidatos a alcalde se resumió a cuatro lives de un total de tres horas, agregó Bolsonaro.
El mandatario no se refirió a la victoria clave en San Pablo del candidato del centrista Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), Bruno Covas, el más votado con el 32,8%, que disputará el balotaje con Guilherme Boulos, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (Psol), que sumó el 20,2%, mientras que el candidato apoyado por Bolsonaro, Celso Russomanno, se ubicó en cuarto lugar con el 10,5%.
En cambio, el gobernador de San Pablo, Joao Doria, del PSDB y considerado un potencial adversario del actual presidente en los comicios de 2022, celebró la victoria de su correligionario de la capital estadual y aseguró Bolsonaro no va a olvidar estas elecciones.
”En San Pablo, Bruno Covas será reelecto (en el balotaje, el 29 de este mes), ya vencimos a los radicales de extrema derecha (Russomanno) y ahora vamos a vencer a los radicales de extrema izquierda (Boulos)”, aseguró Doria
No obstante, si bien el PSDB venció en la capital de San Pablo y en otros importantes municipios paulistas, a nivel nacional el partido que despunta como uno de los vencedores de estas elecciones fue el Demócratas con buenos desempeños en varias capitales.
En Río de Janeiro, el alcalde saliente Marcelo Crivella, con 21,9%, un ex obispo evangélico apoyado por Bolsonaro, quedó en posición desfavorable para el segundo turno, frente a su predecesor Eduardo Paes, del derechista Demócratas con 37%.
Además, los candidatos de Demócratas fueron electos alcaldes en primera vuelta en Salvador, capital del estado de Bahia, en Curitiba, capital de Paraná y en Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina.
En números absolutos el primer lugar fue para el Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centro derecha) que se impuso en 773 alcaldías, con mayoría de ciudades medias y pequeñas, contra 1035 victorias logradas en la municipales de 2016.
Los políticos de centro y centro-derecha fueron los principales favorecidos en los comicios del domingo.