Narcotraficantes y delincuentes centraron su atención en las minas de oro y plata en México, lo que ya convirtió al país en la segunda nación más peligrosa para este sector en Latinoamérica, sólo por debajo de Venezuela, muestran datos del Instituto Fraser de Canadá.
Hasta el año pasado, México era la tercera nación más peligrosa, pero en el reporte de 2020 de Fraser, Colombia ofreció mejores condiciones a la inversión de mineras, con lo que desbancó a la nación ‘azteca’, que superó a Nicaragua y Guatemala en inseguridad.
Un ejemplo es lo ocurrido con la canadiense Alamos Gold, que en medio de la pandemia de coronavirus, reportó en abril el robo en una de sus minas en Sonora –la entidad con mayor producción de oro–, donde un grupo de personas armadas se llevaron lingotes de aleación de oro y plata, y escaparon en una avioneta. Esta historia es una muestra de la inseguridad que vive esta actividad.
Incluso en la Ciudad de México, la semana pasada, sujetos armados robaron 2 millones de pesos a un empleado del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos, Similares de la República Mexicana en la colonia Roma Norte.
“Hay un marcado interés del crimen organizado por la minería, pues encontraron que puede equiparar las ganancias que obtienen con drogas, es importante entenderlo porque en todo el proceso logístico del crimen, México ocupa un lugar importante como punto intermedio y de destino de esta explotación”, advirtió Manelich Castilla, excomisionado de la Policía Federal.
Información de la Cámara Minera de México (Camimex) muestra que la inversión en seguridad patrimonial de las minas aumentó de 21.9% en 2019, el mayor incremento que reporta el sector desde que se tiene registro.
“La minería no es una actividad apartada del modelo de negocio de la delincuencia organizada. La exploración para la búsqueda de nuevos yacimientos se realiza en zonas remotas, normalmente estos lugares son de difícil acceso y no están al alcance de las fuerzas del orden, ahí están los delincuentes”, dijo Benjamín Grajeda, ex titular de la división de Gendarmería de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
Por ello, Ricardo Mejía, subsecretario de Seguridad Pública de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, destacó que se formó una mesa especializada para atender los temas de seguridad del sector minero.
“Hay un compromiso de reconocer al sector minero como esencial por la aportación al PIB y creación de empleos (…) El mundo criminal busca nuevos mecanismos para cometer delitos al sector, por esa razón se inició la mesa de seguridad en minería con la que buscamos consolidar un mecanismo permanente de trabajo”, destacó.
El sector representa 4 por ciento del PIB nacional y genera más de 400 mil empleos directos.
Cabe mencionar que en México sólo una de cada 20 personas que buscan trabajo como vigilantes de minas es apto para desempeñar el cargo por ser personas confiables, según el Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial.