La histórica disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo llegó este martes a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, pese a que Caracas había declarado que no reconoce la autoridad del organismo para resolver el conflicto.
Guyana deberá responder por escrito antes del 6 de julio si considera que se agotaron todos los medios pacíficos posibles para resolver la disputa sin acudir a la CIJ, y los jueces, tras deliberar, comunicarán en las próximas semanas o meses si se declaran competentes para juzgar el caso.
Uno de los acuerdos que marcó la relación entre Guyana y Venezuela fue el Laudo Arbitral de París, de 1899, del que participaron dos jueces británicos, dos estadounidenses y uno ruso, y se decidió que la Guayana Esequiba, que formaba parte de la provincia española dependiente de la Capitanía General de Venezuela, debía pertenecer al Imperio Británico.
Venezuela reclamó por primera vez que no podían reconocer el Laudo Arbitral de 1899 porque era supuestamente una transacción política anglo-rrusa llevada a cabo por el presidente del tribunal ruso, que habría actuado en colusión con los dos árbitros británicos, explicó el abogado de Guyana, Payam Akhavan
El otro documento fue el Acuerdo de Ginebra de 1966, firmado por Reino Unido y Venezuela para resolver la controversia, y que la República de Guyana heredó meses después cuando se independizó.
En 1989, la ONU aceptó intermediar manteniendo el Acuerdo de Ginebra como marco para la resolución del conflicto y, en 2018, recomendó llevar el caso al CIJ con sede en La Haya.
Sin embargo, para Venezuela dicha interpretación no se ajusta a derecho, ya que se necesita el consentimiento de ambas partes para que el tribunal ejerza su jurisdicción, según el memorándum de 2018 que el canciller venezolano Jorge Arreaza hizo público.
Venezuela nunca ratificó el Pacto de Bogotá, suscrito en 1948, que obliga a los países de América a resolver pacíficamente las controversias que pudieran tener entre ellos y confiere jurisdicción a la CIJ como tribunal internacional de última instancia.
Desde 1811, Venezuela reclama como propio el territorio del Esequibo o Guayana Esequiba, una superficie de 159.542 kilómetros cuadrados, equivalente a 74,2% de los 214.970 kilómetros cuadrados en poder de Guyana y que nunca estuvo bajo soberanía venezolana.
La cuestión está desde 1966 bajo la órbita de la Secretaría General de la ONU, pero su gestión de buenos oficios no avanzó significativamente.
El conflicto se reavivó en marzo de 2015, cuando Venezuela protestó sin éxito por la autorización que Guyana dio a la petrolera estadounidense Exxon Mobil para explorar dentro de la zona disputada, y se agravó dos meses después, cuando Caracas creó por decreto cuatro zonas de defensa integral marítima e insular, una de las cuales abarca el área reclamada.
En ese contexto, Guyana anunció que no estaba interesada en reactivar el proceso de buenos oficios y que la única opción para resolver el diferendo era llevarlo a la CIJ.