La economía chilena se desplomó 14,1% en abril en comparación con el mismo mes del año anterior, registrando así su peor registro histórico mensual, debido al fuerte impacto de la crisis sanitaria por el Covid 19, sobre todo en el comercio y los servicios, informó el Banco Central.
De acuerdo con el Índice de Actividad Económica del Banco Central (Imacec), un indicador que anticipa el posterior cálculo del PIB, la contracción fue de 8,7% respecto al mes precedente en datos desestacionalizados.
Esa caída superó las proyecciones del mercado, cuyos cálculos más pesimistas habían anticipado un derrumbe en el cuarto mes del año de hasta 10% sobre igual mes de 2019, como consecuencia de las restricciones aplicadas por las autoridades para contener la expansión del coronavirus en Chile, que ya pasó los 1.110 fallecidos y los 105.000 contagiados.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, señaló que si bien la economía “está estructuralmente sana”, funciona ahora “a mitad de capacidad”.
Abril es el primer mes que da cuenta por completo de las restricciones a la movilidad y el cierre del gran comercio y de la mayoría de las actividades productivas decretadas por las autoridades para contener los contagios de coronavirus.
A partir de un incremento de los contagios desde principios de mayo, se reforzaron las restricciones y desde hace más de dos semanas rige la cuarentena total en Santiago, donde viven 7 millones de los 18 millones de habitantes del país y se genera el 45% del PIB chileno.
Por tanto, se espera que el indicador del mes de mayo sea aún peor. De acuerdo al ministro Briones, el retroceso será “muy significativo” debido a que se acentuaron las medidas restrictivas.
Según el reporte del Banco Central durante abril la actividad minera disminuyó 0,1%, y es una de las pocas actividades que parecen resistir a la pandemia.
Como primer productor mundial de cobre, con casi un tercio de la oferta global, equivalente a cerca de 5,6 millones de toneladas métricas al año, Chile ha logrado mantener operativa gran parte de las faenas mineras, en su mayoría ubicadas en las regiones del norte del país.
Para mantener el ritmo de producción han puesto en marcha turnos de trabajo de 14 por 14 días y desinfectando continuamente los lugares de labor.
El resto de las actividades “no mineras” del país cayeron 15,5%, impactadas por los efectos de la emergencia sanitaria.
“En este contexto, las actividades más afectadas fueron los servicios y el comercio, y, en menor medida, la construcción y la industria manufacturera. En los servicios, destacaron las caídas de educación, transporte, restaurantes y hoteles y servicios empresariales”, explicó el Banco Central.
Antes de la pandemia, las autoridades habían proyectado una expansión del 1,1% pero las estimaciones ahora alcanzan a una caída del PIB de entre 2,5% y un 4% en 2020. Algunos analistas estiman que incluso la caída del PIB podría llegar hasta el 8%.