MercoPress, in English

Lunes, 25 de noviembre de 2024 - 02:17 UTC

 

 

Tormenta perfecta y dependencia de China pronostican recesión para América Latina

Miércoles, 18 de marzo de 2020 - 08:59 UTC
Bancos y firmas de investigación han reducido los pronósticos, y Capital Economics pronosticó que América Latina, crecerá apenas un 0,2% en 2020 Bancos y firmas de investigación han reducido los pronósticos, y Capital Economics pronosticó que América Latina, crecerá apenas un 0,2% en 2020

América Latina era la región de crecimiento más lento del mundo incluso antes de que el coronavirus y el colapso del precio del petróleo crearon una tormenta perfecta que amenaza con hundirla en una recesión.

La región, que ya estaba experimentando dificultades para recuperarse del fin del auge de los productos básicos y que fue asolada por protestas callejeras contra la desigualdad el año pasado, ahora enfrenta la posibilidad de retroceder aún más.

“La combinación de la rápida propagación del coronavirus con una caída en el precio del petróleo y una venta masiva de los activos latinoamericanos podría paralizar totalmente la economía de la región”, dijo Marcos Casarin de Oxford Economics en un informe.

“Nuestras primeras estimaciones para un escenario en el que la volatilidad financiera dure unos pocos meses y los precios del petróleo se mantengan cercanos a los US$ 30 por barril hasta fin de año apuntan a una pérdida de 0,7% en el PIB de América Latina para este año”.

Inicialmente, la región pareció haber esquivado lo peor de la epidemia de coronavirus, lo que llevó a algunos gobiernos a concluir que el clima cálido y el relativo aislamiento significaban que había poco de qué preocuparse.

Esa situación cambió drásticamente la semana pasada cuando el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, apareció en una publicación de Facebook con una mascarilla anunciando la cancelación de una gran manifestación política y la noticia de que uno de sus ayudantes había tenido un resultado positivo en la prueba del virus. El mismo día, Argentina prohibió todos los vuelos desde Europa, Estados Unidos y tres países asiáticos durante los siguientes 30 días.

Recorte de pronósticos

Los bancos y las firmas de investigación ahora han reducido los pronósticos, y Capital Economics pronosticó que América Latina, excluyendo a Venezuela, crecerá apenas un 0,2% en 2020, un estimado inferior al pronóstico anterior de 1,2%.

“La región no está preparada para esto, salvo algunas excepciones”, dijo Mónica de Bolle, investigadora del Instituto Peterson para la Economía Internacional en Washington, y añadió que “es muy vulnerable porque depende de las exportaciones de productos básicos, de China y de la inversión extranjera”. Éstos son algunos de los factores que se han visto más perjudicados por la propagación de la enfermedad.

Los precios del cobre han caído 11,6% en lo que va del año y los precios de la soya un 10,8%, mientras que los precios del petróleo cayeron casi 30% a principios de esta semana.

En Brasil, la economía más grande de América Latina, se han desechado las expectativas de un repunte del crecimiento este año hasta alrededor de 2%. Bank of America ahora pronostica un crecimiento de 1,5% en 2020.

Los analistas están divididos sobre la probabilidad de que Brasil reduzca las tasas de interés, dada la difícil elección entre proteger la vulnerable moneda del país y brindar un estímulo interno para compensar el impacto del virus en un entorno altamente impredecible.

“Guedes dijo hace una semana que, si el real cae a cinco por dólar, sería porque él habría hecho las cosas muy mal”, dijo Zeina Latif, economista principal de XP Investments en São Paulo. “Bueno, el jueves pasado cayó a cinco. Y Bolsonaro había dicho que no le preocupaba en lo absoluto el coronavirus, que los medios estaban propagando el miedo. Brasil es una broma en cuanto a este asunto”, añadió.

La epidemia de coronavirus está ocurriendo en un momento en que el nuevo gobierno peronista de Argentina está intentando renegociar más de US$ 100 mil millones de deuda, una tarea difícil, incluso antes de que las prohibiciones de viaje a causa del virus hicieran casi imposibles las reuniones cara a cara.