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Argentina caerá 1.3% este año y en el 2021 crecerá 1.4%, según FMI

Jueves, 30 de enero de 2020 - 09:32 UTC
El PIB real per cápita de la región disminuyó 0,6% por año en promedio durante 2014/19, en contraste con el aumento medio anual de 2% durante 2000–2013. El PIB real per cápita de la región disminuyó 0,6% por año en promedio durante 2014/19, en contraste con el aumento medio anual de 2% durante 2000–2013.

Una cierta aceleración en el crecimiento de Brasil, el principal socio del Mercosur, es una de las pocas noticias favorables para la Argentina que contiene la actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) del Fondo Monetario Internacional referido a Latinoamérica y el Caribe, una región castigada por el estancamiento y el retraso relativo.

En lo concerniente a la economía argentina, FMI mantiene su previsión de un retroceso de 1.3% en el PBI durante el año en curso y anticipa una recuperación del 1.4% en 2021.

Estos datos se dieron a conocer en un trabajo de Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del organismo multilateral, publicado en el Blog del FMI, en el que se hacen referencias específicas a los principales países del área pero llamativamente no hay menciones sobre la Argentina, pese a su importancia económica.

En cuanto a Brasil, el principal socio económico de la Argentina, el FMI señala que el crecimiento permaneció en un nivel moderado de 1,2% en 2019, pero se proyecta que se acelere a 2,2 % en 2020 gracias al repunte de la confianza tras la aprobación de la reforma de las pensiones y las menores tasas de interés de política monetaria en el contexto de una inflación baja. Y considera que “la ejecución firme del amplio programa de reforma fiscal y estructural del gobierno será esencial para salvaguardar la sostenibilidad de la deuda y estimular el crecimiento potencial”.

“La actividad económica en América Latina y el Caribe se estancó en 2019, siguiendo con el lento ritmo de crecimiento de los últimos cinco años, lo que plantea nuevos retos y urgencia a la reactivación”, afirmó Werner. De hecho, precisa, el PIB real per cápita de la región ha disminuido 0,6% por año en promedio durante el período 2014–2019, en marcado contraste con el aumento medio anual de 2% durante el período de auge de las materias primas de 2000–2013.

Al analizar las razones del estancamiento, Werner señala que el crecimiento potencial sigue restringido por la escasez de inversión, el lento aumento de la productividad, un clima poco propicio para los negocios y la baja calidad de la infraestructura y la educación. En lo cíclico, el crecimiento se ha visto limitado por el bajo nivel del crecimiento mundial y de los precios de las materias primas, la fuerte incertidumbre en torno a las políticas económicas, el rebalanceo económico en algunas economías, y la tensión social, en otras causas.

El Fondo advierte que la fuerte incertidumbre en torno a las políticas económicas en algunos de los principales países de América Latina continúa limitando el crecimiento. Por ejemplo, la incertidumbre acerca del rumbo de las reformas y las políticas económicas en Brasil y México probablemente contribuyó a la desaceleración del crecimiento del PIB real y la inversión en 2019.

“La continuación del rebalanceo económico en las economías estresadas que experimentaron frenadas bruscas de los flujos de capital en 2018-19 (Argentina, Ecuador) ha ayudado a restaurar los equilibrios internos y externos, pero también ha contenido el crecimiento económico” sostuvo Werner.

Entre los países de la región que han experimentado tensiones sociales se identifican a Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador, lo que ha afectado la actividad económica. La incertidumbre acerca de las políticas económicas también ha aumentado en estos países conforme los gobiernos consideran distintas opciones de reformas y políticas económicas para hacer que el crecimiento sea más inclusivo y para atender las demandas sociales, según Werner.

La actualización de las Perspectivas de la economía mundial proyecta que el crecimiento de la región repunte a 1,6% en 2020 y a 2,3% en 2021 -tras una variación casi nula, 0,1% durante el año pasado. Este avance sería impulsado por una reactivación gradual del crecimiento mundial y de los precios de las materias primas, un continuo apoyo de la política monetaria, una menor incertidumbre en torno a las políticas económicas, y una recuperación paulatina de las economías estresadas.

Con todo, Werner también alerta que “hay importantes riesgos a la baja”. Advierte que las tensiones sociales podrían extenderse a otros países en la región, mientras que la incertidumbre acerca de las políticas económicas podría aumentar aún más debido al aumento de las tensiones sociales y las desviaciones de las políticas económicas.

En este contexto, el director del FMI considera que “las políticas económicas tendrán que encontrar un punto de equilibrio entre recomponer el margen de maniobra y mantener la estabilidad económica, por un lado, y, por otro, apoyar el crecimiento y reforzar la red de protección social”.

Y agrega que “una prioridad clave hacia adelante es la de reactivar el crecimiento y hacerlo más inclusivo, manteniendo la estabilidad macroeconómica”. Estas afirmaciones están en línea con lo señalado por las autoridades argentinas, en el sentido que las políticas de crecimiento deben contemplar a los sectores más desprotegidos.

Categorías: Economía, Política, Argentina.