El gobierno argentino resolvió llamar de regreso a Buenos Aires a dos embajadores que jugaron un papel decisivo en la redacción e implementación del comunicado Foradori-Duncan en 2016, que abrió el camino para una relación más constructiva con el Reino Unido, en el marco de las disputas diplomáticas referidas al Atlántico Sur y a las Islas Falkland.
Se trata de Renato Sersale di Cerisamo, embajador en Londres y de su colega en Ginebra, Carlos Foradori.
Según fuentes diplomáticas argentinas la intención es sacar al Reino Unido de la zona de confort que ha estado disfrutando bajo el gobierno de Mauricio Macri con sus políticas de apaciguamiento.
En septiembre de 2016 tanto el macrismo como la entonces oposición peronista cuestionaron la posibilidad de la explotación conjunta con el Reino Unido de recursos ictícolas e hidrocarburos en el Mar Argentino”, al igual que las mejoras en los vínculosñ de las islas con el continente.
Se preservó de toda critica, eso sí, al proyecto humanitario para identificar los restos de combatientes argentinos enterrados en las islas y es de esperar que esto continúe hasta que todas las tumbas y cruces en Darwin tengan un nombre completo.
La canciller argentina en ese momento era Susana Malcorra, quien estaba demasiado absorta en su ambicioso intento de convertirse en la nueva Secretaria General de la ONU, aunque también se cree que el comunicado podría haber tenido alguna influencia intencionada en el Consejo de Seguridad.
Pero en el Congreso argentino, tanto los miembros de la coalición de Macri como la oposición fueron despiadados hacia el documento argumentando que se hizo a espaldas de los legisladores y no se subrayaron los derechos de soberanía argentina sobre las Falkland/Malvinas.
Meses después, Malcorra renunció, y Elisa Carrio, una aliada vital de Macri, también renunció como presidente del comité de Relaciones Exteriores en la Cámara Baja. Malcorra reveló que las conversaciones surgieron en mayo de 2016, con el secretario de Asuntos Exteriores Phillip Hammond, la primera reunión de ese tipo en ese nivel en catorce años, e insistió en que se mantuviera informado al Congreso en todo momento.
Era una hoja de ruta y en ningún momento significaba que Argentina renunciaba a sus reclamos de soberanía, y como parte del acuerdo tenía que incluir otros temas de negociación. “El diálogo político en asuntos bilaterales y multilaterales de interés” [entre] Argentina y el Reino Unido fueron esenciales, particularmente porque estos se habían abandonado durante los años de Kirchner.
Malcorra también argumentó que durante los años sin diálogo de los Kirchner, no habían impidió que el Reino Unido y las Malvinas avanzaran en en otorgamiento de licencias de pesca e hidrocarburos, mientras Argentina observando pasivamente desde la orilla.
Como finalmente las relaciones congeladas con el Reino Unido y las Falkland no lograron nada, sino todo lo contrario, la nueva administración quiere enfatizar su fuerte reclamo sobre las islas y distanciarse del apaciguamiento.
Se espera que esto, entre otras cosas, signifique una revisión de las condiciones para el enlace aéreo con Brasil, si tiene implicaciones políticas, militares, turísticas u otras, como asimismo la suspensión de los cruceros científicos conjuntos de pesca en el Atlántico Sur.
Aparentemente esto ya ha sido informado al Reino Unido. Las compañías petroleras que operan en las Falkland bajo otros nombres de alianzas no podrán aspirar a intervenir en los ricos depósitos de esquisto bituminoso de Vaca Muerta en la Patagonia argentina.
Una compañía israelí recientemente involucrada en un esquema farm-in el proyecto Sea Lion en las costas de Falkland Malvinas, supuestamente ya ha sido advertida.
El claro objetivo del canciller Felipe Sola es sacar al Reino Unido de la zona de confort que disfrutaba con el gobierno de Macri y crear un escenario de fricción con un impacto político innegable tanto a nivel nacional como internacional”, siguiendo palabras enfáticas del presidente Alberto Fernández durante su primer discurso ante el Congreso cuando asumió el cargo (10 de diciembre) cu subrayando los cuando subrayó varios hitos conquistados por diferentes gobiernos argentinos a partir de 1965 con la Resolución 2065 de la Asamblea General de la ONU, en la lucha diplomática y pacífica a largo plazo por la soberanía sobre las islas del Atlántico Sur.