El PIB alemán creció en el tercer trimestre del año un 0,1%, con lo que evitó una recesión técnica después de que en el trimestre anterior tuviera una contracción del 0,2%, informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Los economistas hablan de una recesión técnica cuando el PIB se contrae durante dos trimestres seguidos.
En el primer trimestre del año el PIB había tenido un crecimiento del 0,5%. La mayoría de los analistas no esperan que haya una recesión en el futuro próximo pese a que se está registrando una ralentización del crecimiento.
El auge ha terminado pero de momento no es de esperar una recesión profunda, dice el último informe del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno alemán, conocido como el grupo de los cinco sabios.
Lo que sí se espera es que en este año el crecimiento esté claramente por debajo del de 2018, cuando el PIB tuvo una subida del 1,5%. Según el pronóstico de los sabios, el crecimiento este año será del 0,5%. La ralentización es atribuida, sobre todo, a los conflictos comerciales internacionales y a la incertidumbre que genera el Brexit, lo que afecta especialmente a sectores claves de la economía alemana que tienen clara vocación exportadora.
Sin embargo, en septiembre hubo un claro aumento de las exportaciones, un 4,6%. A lo largo del año el crecimiento de las exportaciones ha sido del 1%. El consumo privado es considerado actualmente como el principal pilar del crecimiento en Alemania, lo que se debe en buena parte a la baja tasa de desempleo.
Sin embargo, la ralentización de la coyuntura lleva a que se enturbie el ánimo de los consumidores. Según la Sociedad para la Investigación del Consumo (GfK) el ánimo del consumidor en noviembre es el más bajo registrado desde otoño de 2016.