Miles de catalanes se concentraron el domingo en el centro de Barcelona bajo el lema Por la convivencia, por la democracia, por Cataluña: ¡Basta!, en rechazo a la violencia callejera y la escalada del conflicto secesionista, que se produjo tras penas impuestas a los líderes del intento de ruptura de 2017 hace dos semanas.
En paralelo, en algunos puntos de la ciudad como la estación de trenes de Sants y la plaza Sant Jaume, se realizaron concentraciones menores de los Comité de Defensa de la República (CDR), cuyo simpatizantes volvieron a enfrentarse con la policía.
Los manifestantes unionistas ocuparon el céntrico Paseo de Gracia de la ciudad condal con banderas españolas y catalanas, al grito de Viva España y ¡No se quema Barcelona!, en referencia a los focos de violencia que irrumpieron en las movilizaciones independentistas.
También somos catalanes, rezaba una de las grandes pancartas desplegadas por los manifestantes.
Hemos visto niveles de violencia como no veíamos desde los tiempos de la reconversión industrial, allá por los años ochenta, dijo el todavía ministro de exteriores español y futuro jefe de la diplomacia de la Unión Europea, el socialista Josep Borrell, quien participó de la manifestación.
Los disturbios del sábado por los independentistas dejaron 44 personas heridas, entre ellas un agente que se cayó de un camioneta y que estaba grave pero evoluciona bien, además de 3 detenidos, según informó la policía catalana.
Hoy también está aquí el pueblo de Cataluña, subrayó desde la concentración el ministro de Fomento español y secretario de Organización del Partido Socialista (PSOE), José Luis Ábalos, quien se solidarizó con los agentes heridos.
La movilización constitucionalista a favor de la unidad de España tiene lugar cuando los partidos ya dieron el puntapié inicial, aunque extraoficial, a la campaña de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre, en las que el socialista Pedro Sánchez busca revalidar su cargo.