Este domingo 27 de octubre, en Uruguay se elegirá nuevo presidente y Parlamento. Según encuestadoras, pasarán a balotaje los mismos partidos que en 2014, el oficialista Frente Amplio y el conservador Partido Nacional. Sin embargo, la novedad reside en que el Legislativo quedará conformado por un mínimo de seis partidos (récord histórico) y un máximo de nueve.
Además, con el surgimiento de un partido de extrema derecha como lo es Cabildo Abierto, fundado por el hasta hace un año Comandante en Jefe del ejército, Guido Manini Ríos, con estas elecciones se está dando inicio a la era del “tetrapartidismo” en un país en el que históricamente se había debatido la presidencia prácticamente entre dos partidos políticos, hasta la llegada de la coalición izquierdista Frente Amplio en 2004.
“El próximo domingo, pese a quien le pese y a quien no le guste, el FA gana y con mayoría parlamentaria”, vaticinó el dos veces presidente Tabaré Vázquez cinco años atrás, en contienda contra el nuevamente presidenciable Luis Lacalle Pou. Las urnas, días más tarde, le darían la razón contra los pronósticos de las consultoras.
A diferencia del por entonces candidato y hoy presidente, el candidato oficialista de estas elecciones, el ex intendente de Montevideo Daniel Martínez, no hace tanto énfasis en la obtención de la mayoría parlamentaria. De hecho, en sus discursos aprovecha para sembrar dudas a la gobernabilidad de la eventual coalición opositora –un “Frankenstein” que “va a tener problemas para pegar cosas impegables”, según sus palabras–.
Por otro lado, Lacalle llega a este miércoles en una posición más favorable que en 2014, y se muestra más confiado para imponerse en las urnas. Si bien las encuestas dibujan un panorama en el que se muestra más probable un cambio de gobierno que en la contienda pasada, con una oposición que supera al Frente Amplio en la primera vuelta, también marcan que el Partido Nacional está por debajo de la intención de voto que tenía en la elección anterior.
“Creo que va a haber un Frente Amplio minoritario, que va a ser incapaz de hacer acuerdos con otros partidos y solo puede llegar a establecer un esquema parlamentario si es mayoría absoluta. De otra manera no va a poder conseguir aliados. Y de este lado, va a quedar una amplia mayoría de partidos de la oposición con oportunidad de coaligarse”, dijo el exsenador Lacalle en diálogo con El Observador.
De esta manera, Uruguay se encamina a una paradoja: quien se haga del gobierno seguramente lo haga con menos legisladores que los que obtuvo hace un lustro. Los blancos, que tienen “más chances de sumar otros partidos para una eventual coalición”, podrían conseguir la Presidencia incluso perdiendo un senador.
Por su parte, el republicano Partido Colorado y su candidato, el economista Ernesto Talvi, ha caído drásticamente en este último tramo hacia las elecciones a un 11%, luego de llegar a un pico del 18% en septiembre.
“Guido Manini [Ríos] vino a ocupar un liderazgo que estaba huérfano, vacío de representación, que es el de la derecha pura, del catolicismo conservador”, dijo ayer Bottinelli. Eso explica el “sostenido crecimiento en la intención de voto” que tuvo el novel partido desde mayo y que, a la fecha, lo haría poseedor de tres senadores y entre nueve y diez diputados, el equivalente al 7% de los votos, según Factum.
Una reforma para la seguridad pública bajo la consigna del miedo
El domingo también se elegirá aprobar o no la campaña de reforma constitucional “Vivir sin miedo” lanzada por el senador del Partido Nacional, Jorge Larrañaga para modificar aspectos vinculados a la seguridad pública y que, si bien la rechaza buena parte de los candidatos presidenciales (incluso Lacalle), tiene alto apoyo ciudadano y ha polarizado a la población, según las encuestas.
La propuesta, que ha tomado especial relevancia en los últimos días con los levantamientos sociales de Chile y Ecuador y el papel de las fuerzas del orden público en la represión de los mismos, plantea la creación de una guardia nacional conformada por 2000 efectivos militares. Un tema que azuza las llamas históricas en un país donde gobernó durante 12 años un régimen militar durante los 70’s y 80’s.
Además, propone implementar la cadena perpetua revisable al código penal y validar los allanamientos nocturnos a los hogares. Actualmente en Uruguay la pena máxima es de 30 años y se aplica en casos muy excepcionales.
El movimiento “No a la reforma” marchó el día de ayer por la avenida 18 de julio y convocó a miles de personas. Al acto asistieron Martínez y Graciela Villar, candidata a vicepresidenta del Frente Amplio.