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Londres propone despachos aduaneros en la frontera irlandesa, según informó Dublín

Martes, 1 de octubre de 2019 - 09:54 UTC
Cómo gestionar la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, ha demostrado ser el tema más espinoso de las negociaciones del Brexit. Cómo gestionar la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, ha demostrado ser el tema más espinoso de las negociaciones del Brexit.

El Reino Unido propuso establecer centros de despacho aduaneros a ambos lados de la frontera irlandesa después del Brexit para evitar la necesidad de realizar controles fronterizos, informó el lunes la radio ​​estatal irlandesa.

El cómo gestionar la frontera irlandesa después de que se concrete la salida de Reino Unido de la Unión Europea ha sido uno de los principales obstáculos para lograr un acuerdo del Brexit.

Se espera que el gobierno británico presente nuevas propuestas a la UE para tratar de poner fin al punto muerto esta semana.

“RTE News supo que Reino Unido propuso una serie de ‘centros de despacho de aduanas’ a ambos lados de la frontera irlandesa como parte clave de su plan para reemplazar el mecanismo de protección”, dijo en Twitter el editor de la emisora ​​para Europa, Tony Connelly.

“Los ‘centros’, efectivamente puestos de aduanas, se ubicarían entre 5 a 10 millas (8 a 16 kilómetros) de la frontera”, agregó.

Connelly informó que los detalles provienen de documentos técnicos enviados de Londres a Bruselas, de los cuales él vio extractos.

Más temprano, una fuente del gobierno británico dijo que las nuevas propuestas serían entregadas a los negociadores de la UE el miércoles o jueves.

Cómo gestionar la frontera entre la República de Irlanda, un miembro de la UE, e Irlanda del Norte, que es parte de Reino Unido, ha demostrado ser el tema más espinoso de las negociaciones del Brexit.

Los gobiernos de Irlanda y Reino Unido y la UE desean evitar controles fronterizos e infraestructura física en la frontera porque esto podría reavivar las tensiones en torno a Irlanda del Norte.

El desafío es cómo evitar controles físicos fronterizos después del Brexit mientras se mantiene la integridad del mercado único europeo.

Un acuerdo de salida negociado por la UE y la ex primera ministra británica Theresa May, pero rechazado por el Parlamento británico, contiene el llamado “backstop”, un mecanismo de protección que entraría en vigencia si no se llega a un acuerdo comercial a largo plazo para mantener la frontera abierta.