La amenaza de un juicio político contra el presidente paraguayo, Mario Abdo, se disipó el jueves tras la anulación de un acta de suministro de energía con Brasil que provocó una crisis sin precedentes en su gobierno a menos de un año de haber asumido.
Abdo y su vicepresidente, Hugo Velázquez, quedaron el miércoles a las puertas de un juicio por mal desempeño cuando un sector disidente del gobernante Partido Colorado, liderado por el expresidente Horacio Cartes, anunció su apoyo al procedimiento.
Los principales partidos de oposición habían informado poco antes que impulsarían el trámite por “traición” y el respaldo de Cartes, a quien Abdo enfrentó en las elecciones de su partido, era clave para dar el puntapié inicial en la Cámara de Diputados.
Pero los legisladores leales a Cartes desistieron de la idea luego de horas de negociaciones que mantuvieron en vilo al país y mientras algunos partidos pequeños de la oposición anunciaban que no se sumarían a la iniciativa.
En un mensaje al país por televisión, Abdo dijo que no tolerará actos de corrupción ni errores.
“Esa frase ‘caiga quien caiga’ va a ser más dura para los próximos cuatro años (...) quien sea que tenga que rendir cuentas por su inconducta va a rendir cuentas”, dijo Abdo, que agradeció a quienes trabajaron para buscar una salida “que no quiebre el proceso democrático”.
“Pido disculpas si me he equivocado”, agregó poco después frente a unos 5.000 seguidores que se congregaron desde la madrugada del jueves en las afueras del Palacio de Gobierno en el centro de la capital paraguaya.
Abdo, de 47 años, quedó en el ojo de la tormenta cuando políticos y legisladores reaccionaron contra la suscripción de un acta con Brasil que establecía un cronograma de compra de energía de la hidroeléctrica paraguayo-brasileña Itaipú hasta el 2022.
El documento se firmó en mayo pero se conoció recién la semana pasada y habría elevado los costos para la empresa estatal de electricidad de Paraguay en más de US$ 200 millones, según un exjefe de la entidad.
El acta quedó finalmente sin efecto el jueves tras la firma de un documento en el que participó el representante de la cancillería paraguaya en Itaipú y el embajador de Brasil en Asunción, en otro gesto de apoyo de Brasil hacia Abdo.
Se trata de la primera gran crisis que enfrenta el gobernante, quien pertenece al derechista Partido Colorado y cumplirá el 15 de agosto su primer año de mandato.
Paraguay y Brasil son socios en la central Itaipú, la mayor del mundo en generación de energía, y se preparan para negociaciones sobre su futuro antes del vencimiento en 2023 de un anexo clave de su tratado fundacional.