En lo que va del corriente ejercicio, la importación de carnes en Uruguay ya alcanzó a casi 13.000 toneladas, muy encima de 8.000 toneladas que se habían importado, en el mismo período, en 2018.
Una de las explicaciones de este fenómeno es la demanda externa por carne uruguaya sobre todo desde China, pero además porque Uruguay está cotizando cada vez mejor lo que embarca, debido al reconocimiento de calidad y sanidad de las carnes del país.
En lo que va de 2019 el mercado chino captó el 62% -un 33,4% más que en igual lapso de 2018- de la carne vacuna exportada.
En tanto Uruguay apela a carnes importadas desde Brasil y Paraguay, mucho más accesibles en materia de precios. Brasil es el país de origen principal de las carnes vacunas importadas por Uruguay, con el 87,4% del total, seguido por Paraguay con el 7,3%, de acuerdo a los registros oficiales de importación.
Según se consigna el principal segmento de importación es trozos de cuartos traseros bovinos deshuesados, frescos o refrigerados, explicando el 61,6% del volumen total.
El novillo gordo en Río Grande do Sul se cotiza a US$ 2,65 por kilo carcasa, mientras que en Paraguay se paga a US$ 2,60 y en Uruguay el precio del novillo especial tiene como eje los US$ 4 por kilo.
Algo similar sucede con una especialidad de las parrillas uruguayas, las mollejas, que en gran proporción provienen de Estados Unidos, en tanto las orgánicas de Uruguay encuentran mercado en Europa. Ello por la simple razón que la especialidad uruguaya no tiene antibióticos u otras hormonas de crecimiento como las de EE.UU.