China dijo este lunes que enviará sus negociadores a Washington para una nueva ronda de conversaciones comerciales, pese a las recientes amenazas del Presidente estadounidense Donald Trump de aplicar nuevos aranceles, hundiendo a las bolsas mundiales.
Un equipo se prepara a viajar a Estados Unidos para las negociaciones comerciales del próximo miércoles en Washington, declaró Geng Shuang, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores. El vocero no precisó si el jefe de los negociadores, Liu He, considerado cercano al presidente Xi Jinping, formará parte de la comitiva.
China espera acercarse a Estados Unidos y llegar a un acuerdo para poner fin a sus diferencias comerciales, se limitó a decir Geng a la prensa. El domingo, Trump anunció un aumento de los aranceles del 10% al 25% para bienes de importación chinos por un valor de 200.000 millones de dólares a partir del viernes. La amenaza hundió este lunes las bolsas asiáticas y europeas, pues los mercados anticipaban un acuerdo este mayo antes del anuncio de Trump.
El anuncio de Trump se produjo previo a la nueva ronda de negociaciones de esta semana, presentada como la última oportunidad para terminar la guerra comercial entre ambos países. Aumentando la presión sobre Beijing, el presidente estadounidense amenazó con imponer aranceles a todas las importaciones provenientes de China (unos 539.500 millones de dólares en 2018).
”Durante 10 meses, China pagó 25% de aranceles a Estados Unidos por US$50.000 millones en (bienes) tecnológicos, y 10% sobre US$ 200.000 millones de otros bienes, señaló Trump en Twitter. El 10% va a subir a 25% el viernes, precisó, y justificó la medida por el hecho de que las negociaciones no están avanzando suficientemente rápido.
Trump había decidido a inicios de diciembre suspender el aumento de esos aranceles debido a la reanudación de discusiones comerciales que hasta esta semana eran presentadas como fructíferas y con grandes posibilidades de llegar a buen puerto. El acuerdo comercial con China avanza pero muy lentamente, mientras ellos intentan renegociar. ¡No!”, tuiteó Trump.
El mandatario busca reducir el colosal déficit comercial de Estados Unidos con China, de US$378.730 millones en 2018. Además de una mayor apertura del mercado chino a los productos estadounidenses, exige de Beijing cambios estructurales que pongan fin a la transferencia forzada de tecnología estadounidense, al robo de propiedad intelectual o a las subvenciones a las empresas estatales.
Para presionar a su socio, desató una guerra comercial a golpe de aranceles sobre más de US$250.000 millones en mercancías. Su gobierno advirtió además que no aceptaría un acuerdo con China desfavorable a los intereses de su país y que las negociaciones no podrían prologarse eternamente.
La próxima ronda de conversaciones en Washington podría conducir o bien al anuncio de una nueva cumbre entre Trump y su par chino Xi Jinping para firmar un acuerdo comercial de alcance potencialmente histórico o bien a una guerra comercial aún más abierta. Por el momento, el gobierno republicano sostiene que la economía nacional no ha sido afectada por el conflicto con China, a la inversa de lo que sucedería en el país asiático, que en 2018 registró el crecimiento económico más débil en cerca de dos décadas.