El vicepresidente brasileño en ejercicio de la presidencia durante el viaje de Jair Bolsonaro a Israel, general Hamilton Mourão, dejó trascender su preocupación ante el agravamiento de la crisis política que tiene como protagonista al mandatario electo, enfrascado en una suerte de pulseada con el Congreso y la prensa.
Mourão, uno de los referentes del ala militar del Planalto, habló sobre la necesidad de hallar un camino para bajar la temperatura del enfrentamiento político en el país y restablecer el “diálogo”.
El militar se reunió esta semana con los directivos de la poderosa la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), de la que escuchó comentarios alarmados sobre la crisis política y su repercusión en el plano económico.
El temor de los industriales y del mercado financiero es que la actitud “hostil” de Bolsonaro con los parlamentarios aborte el proyecto de reforma previsional redactado por el ministro de Hacienda, Paulo Guedes, informó la prensa.
Para cambiar el sistema de pensiones se debe reformar la Constitución por lo cual habrá que contar con 308 de los 513 diputados, y esta mayoría especial se construye con un amplio consenso con partidos de diverso color ideológico.
Los encontronazos de Bolsonaro con el titular de Diputados, Rodrigo Maia, son el asunto más delicado para alcanzar ese alto número de congresistas apoyando una reforma que no goza de popularidad.
Parte de la cúpula militar del Gobierno, que, además de Mourão, cuenta con otros siete generales, también aboga por tender puentes entre el Palacio del Planalto y el Legislativo, dijo ayer el diario O Globo.
El miércoles además del fuego cruzado entre Bolsonaro y el diputado Maia hubo declaraciones del “superministro” Guedes quien, al hablar en el Senado, dijo que no descartaba la posibilidad de renunciar si el Gobierno fracasa con la reforma previsional.
La tensión que se reavivó cuando Bolsonaro volvió a embestir contra el parlamentario Maia en una entrevista televisiva, tras la cual también atacó a los medios de comunicación.
El presidente tuiteó: “Sufro de ‘fake news’ diarias” generadas por los medios interesados en crear “la narrativa que NO GOBIERNO, SOY ATOLONDRADO (sic), quieren desgastarnos para facilitar una acción final contra mi mandato”.
En reacción a los planteos militares, el presidente salió a bajar decibeles en la tensión con Maia al afirmar que se trató de una “tormenta de verano” y le envió “un fuerte abrazo”.
En tanto, en declaraciones a los periodistas junto a Maia, Guedes afirmó que cuenta con el total apoyo del legislador y de Bolsonaro para conseguir que la reforma sea aprobada por el Congreso.
Por su parte, Maia dijo que su objetivo es encarrilar el proceso de reforma e intentó desestimar una amarga riña con Bolsonaro, quien había dicho que el presidente de la Cámara baja estaba “afectado por asuntos personales”, lo que fue considerado como una referencia a los problemas con el padrastro de su esposa, un ex ministro acusado de corrupción.