La escasez de gasolina se está sintiendo a las afueras de Caracas tras las sanciones del mes pasado, que crearon una prohibición de facto a las compras de combustible venezolano por parte de EE.UU.. Las filas se están formando en los estados al oeste de la capital, como Portuguesa y Barinas, donde los conductores ahora atraviesan largos tramos en la carretera sin pasar por una estación de servicio abierta y se ven obligados a estacionar y hacer filas de una hora para llenar sus estanques.
Temiendo que la escasez dure un buen tiempo, los conductores también están llenando contenedores de plástico con combustible para almacenar en casa. Mientras Venezuela sigue recibiendo importaciones desde España y el Caribe, las probabilidades son que el combustible no será suficiente para satisfacer la demanda local. Las sanciones recientes de EE.UU., que buscan privar al presidente Nicolás Maduro del dinero proveniente del petróleo, significa que los empleados de Petróleos de Venezuela están luchando por encontrar vendedores de productos refinados, como la nafta, que son fundamentales para mantener el funcionamiento de su industria en decaimiento.
En enero, antes de que el mandatario Donald Trump golpeara con estas nuevas medidas sobre Venezuela, casi dos tercios de las importaciones de gasolina del país eran de EE.UU.. Con tantas reservas de petróleo como Arabia Saudita, Venezuela ha vendido durante mucho tiempo la gasolina más barata del mundo, costando menos de un centavo llenar un estanque. Pero años de mala administración, junto con la caída de 2014 en los precios de los productos básicos, llevaron a la nación socialista a una crisis económica marcada por la creciente escasez de alimentos, la hiperinflación y un colapso en los servicios públicos.
La productividad de las refinerías de PDVSA en Venezuela, que tiene la tercera capacidad más grande de Latinoamérica, se redujo a 23% esta semana, en tanto las refinerías en EE.UU. están trabajando a más del 85% de su capacidad. En un evento cerca de Nueva Delhi, el ministro del Poder Popular del Petróleo, Manuel Quevedo, dijo la semana pasada que el país no tenía problemas con el suministro de gasolina.
Se espera que las sanciones empeoren la escasez de combustible, que ya es común a medida que la producción de PDVSA cae a mínimos históricos, y la falta de mantenimiento paraliza el sistema de refinación del país. La situación fue crítica por última vez en diciembre, cuando la escasez generó filas y tráfico en la capital antes de las vacaciones de navidad. Venezuela solía obtener combustibles mayormente por transacciones de swaps, donde suministraba crudo a cambio de gasolina, diésel y diluyentes, con operadoras como Grupo Trafigura Pte Ltd, Litasco SA, la rama comercial de Lukoil PJSC de Rusia, y Reliance Industries Ltd. Trafigura y Litasco han suspendido nuevos acuerdos comerciales con PDVSA debido a las sanciones. Entretanto, la producción de petróleo en el país continuó cayendo en enero, según la OPEP. Los datos del grupo obtenidos de fuentes secundarias mostraron una producción de 1,11 millones de barriles por día, es decir 31% menos que el año anterior.