Las autoridades de la Unión Europea, UE, rechazaron esta semana un enorme acuerdo de fusión de los negocios ferroviarios de la francesa Alstom y la alemana Siemens, un plan donde ambas esperaban crear un competidor mundial que pudiera hacer frente a China.
Soportando la presión de las naciones más poderosas del bloque, la comisaría de competencia de la UE, Margrethe Vestager, dijo que el plan habría creado un monopolio en el mercado europeo, ahogado la competencia justa y elevado los precios a los pasajeros.
La comisión prohibió la fusión debido a que las empresas no estaban dispuestas a abordar nuestras preocupaciones serias sobre competencia, dijo ella.
Alstom fabrica los trenes de alta velocidad TGV en Francia y Siemens los ICE en Alemania. Además ambas fabrican sistemas de señalamientos ferroviarios.
Es inusual que la oficina de competencia de la UE impida las fusiones. En tres décadas, la comunidad ha autorizado más de 6,000 acuerdos y prohibido menos de 30.
Francia condenó la decisión antes del anuncio oficial. En declaraciones a la televisora France 2, Bruno Le Maire calificó la decisión de un error económico. Le Maire apuntó que la decisión impedirá la formación de un gigante ferroviario europeo que podría haber competido con el chino CRRC.
Esto va a servir a los intereses económicos e industriales de China, apuntó.
El ministro francés pidió además una revisión de las normas de competencia del bloque, alegando que el mercado pertinente para analizar la competencia es el mundial y no el europeo.
Peter Altmaier, ministro alemán de Economía, planteó en la víspera la misma idea de dar más peso al mercado global que al nacional o al europeo en el derecho de la competencia.
Tanto Francia como Alemania defendieron la fusión, pero las autoridades en Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y España expresaron su preocupación por la posición de dominio que tendría la empresa resultante, que superaría a los fabricantes más pequeños y aumentaría los precios en el mercado.