La cifra de muertos en la explosión durante el robo de gasolina en un oleoducto en Tlahuelilpan, en el estado mexicano de Hidalgo, aumentó en las últimas horas de 67 a 73 personas, tras el hallazgo de nuevos cadáveres y la muerte de heridos. “Al corte de hoy, sábado 19 de enero a las 17:00 horas, el conteo es ya de 73 personas fallecidas”, informó en rueda de prensa el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, desde Palacio Nacional.
Acompañado del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, Fayad dijo que el saldo aumentó tras encontrarse cuerpos en la zona cero del suceso y por la muerte de otras personas ya hospitalizadas.
El gobernador explicó que hay 74 heridos, distribuidos en hospitales de Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México, Querétaro y Guanajuato. De los hospitalizados, siete son menores de 18 años; 30 personas de entre 18 a 29 años; 36 de entre 30 y 54 años, y una de 63 años.
“La principal tarea es estabilizar a las personas para continuar con los tratamientos correspondientes”, apuntó el gobernante estatal, que hoy visitó varios hospitales junto a la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller.
Indicó que ya se habían abierto 59 carpetas de investigación para certificar los datos de las víctimas, y añadió que se estaba atendiendo a unas 300 personas que buscan identificar restos humanos. “El panorama se ha ido endureciendo para todos nosotros, a medida que han pasado las horas las expectativas de encontrar personas vivas prácticamente han desaparecido. Y entre las que se encuentran heridas en muchos casos se ha ido agravando”, apuntó Fayad.
El gobernador anunció que algunos heridos serán trasladados en las próximas horas a un centro especializado de Estados Unidos, en Galveston, Texas. Por su parte, el secretario (ministro) de Salud, Jorge Alcocer, aumentó la cifra de heridos hospitalizados hasta 80.
Raúl Arroyo, fiscal estatal de Hidalgo, señaló que un equipo de 60 peritos se trasladó a la zona cero del suceso horas después de la explosión. Precisó que en un primer momento fueron hallados seis cuerpos completos y restos de otras 57 personas fallecidas con “quemaduras en grado de carbonización”. De estos 63 cadáveres se identificaron nueve y en otros casos “se ha iniciado contacto con diferentes familias”.
“Los 54 restantes no son identificables por las condiciones en las que se encontraban”, apuntó, por lo que se procederá a exámenes genéticos, que tomarán un “tiempo considerable”, añadió Arroyo.
El recientemente nombrado fiscal general de México, Alejandro Gertz, explicó que el ducto transportaba gasolina de alto octanaje, que genera muchos gases, lo que facilitó la explosión, aunque todavía no se conocen las causas exactas de la deflagración.
Gertz puntualizó que hasta el momento no hay ninguna persona detenida y que los hospitalizados podrían afrontar cargos por el robo de gasolina.
En su turno de palabra, el presidente de México aseguró que se transparentará todo el proceso y reafirmó su lucha contra el robo de combustibles. “Decidimos enfrentar el flagelo del robo de combustibles a través de las tomas clandestinas. Y para poder garantizar que no falte el abasto ha sido fundamental la participación de las fuerzas” de seguridad, dijo López Obrador.
El mandatario no descartó reforzar la vigilancia en la zona de oleoductos del estado de Hidalgo. Desde que llegó al poder el 1 de diciembre, comenzó un combate frontal al robo de hidrocarburos a través de los ductos de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que genera pérdidas millonarias para la compañía.
Para tal fin, se reforzó con miles de agentes la seguridad en los ductos y se transportó más gasolina con pipas (camiones cisterna), lo que ha causado una crisis de desabastecimiento en diez estados del país, con estaciones de servicio cerradas y compras de pánico.