La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) determinó el martes que la segunda mutad de la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors se deberá jugará en algún lugar fuera de Argentina el 8 o 9 de diciembre, según anunció en un comunicado desde su sede en Asunción.
El partido se debió jugar en el estadio Monumental de River en Buenos Aires el sábado pasado, pero un grupo de barrabravas del equipo local lanzaron piedras y otros objetos al autobús que transportaba a los jugadores de Boca Juniors, hiriendo a algunos mientras que otros resultador afectados por el gas lacrimógeno disparado por la policía.
El ministro de seguridad de la ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, renunció a su cargo el lunes, asumiendo así la responsabilidad del inadecuado despliegue policial.
Conmebol aún no ha decidido dónde se jugará exactamente el partido y si se permitirá la entrada a los simpatizantes de River Plate. La primera mitad se disputó en una Bombonera repleta de fanáticos xeneizes y terminó en un empate 2-2.
También está pendiente una decisión del comité disciplinario independiente de Conmebol a la solicitud de Boca de que River Plate sea descalificado debido a los incidentes del sábado.
De acuerdo con la declaración, Conmebol conservará el derecho de programar o reprogramar el partido como lo considere oportuno, sin consulta previa con ninguno de los clubes.
Los rumores del martes por la tarde en Asunción apuntaron al estadio local Defensores del Chaco como el lugar más probable después de que se haya pedido a las autoridades de la policía paraguaya que comience los preparativos de seguridad.
De lo contrario, se elegiría Miami o Dubai en los Emiratos Árabes justo antes de la Copa Mundial de Equipos, a la que se clasificarían los ganadores de la Copa Libertadores. También podría ser en el vecino Qatar, según trascendió.