Aunque el pueblo boliviano le dijo NO con un referendo, el presidente Evo Morales lanzó su cuarta postulación a la presidencia. Se metió de lleno en la carrera electoral al entregar al tribunal el registro de su partido y participar así de las primarias.
La oposición y organizaciones civiles se oponen a la nueva postulación del mandatario, y le exigen que acate el resultado del referendo popular de 2016 que rechazó una nueva candidatura. Sin embargo, Morales apoya su postulación en un fallo del Tribunal Constitucional que a finales de 2017 le dio luz verde con el argumento de que aspirar a la reelección es un derecho humano.
En una alocución improvisada en las afueras del Órgano Electoral Plurinacional (OEP), el mandatario afirmó que el Movimiento Al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), fundado por Morales en 1987, es el movimiento político “más grande en la historia de Bolivia”.
El líder del MAS, que gobierna el país desde 2006, entregó al OEP 20.000 libros notariados con el registro de 1.080.000 militantes.
Enfundado en una chaqueta azul, a tono con el color de su partido, Morales cumplió con la demanda para que el movimiento participe en las primarias en enero, que podrían impulsarlo a disputar un cuarto mandato, hasta 2025, en los comicios de 2019.
El OEP, cuya presidenta dimitió esta semana, debe tomar una decisión antes de la votación que define las internas en los partidos, sobre si Morales está facultado para postularse a un nuevo mandato consecutivo. Bolivia irá a las urnas en octubre de 2019 para elegir presidente y renovar el congreso bicameral.
Hasta ahora, los ex presidentes Jaime Paz (1989-93) y Carlos Mesa (2003-05) anunciaron sus postulaciones para oponerse a Morales en los comicios.