La Unión Europea se dio más semanas -quizá hasta finales de año- para alcanzar términos aceptables para la separación de Gran Bretaña, luego de que la cumbre del miércoles sobre el Brexit terminara sin grandes avances. La primera ministra británica Theresa May no planteó ninguna propuesta nueva, como le había pedido el titular del Consejo de la UE, Donald Tusk, y presentó a los otros 27 gobernantes poco más que una petición de buena voluntad.
La última etapa necesitará valor, confianza y liderazgo de ambas partes, declaró May a sus colegas de la UE. Funcionarios dijeron que hubo indicios que Gran Bretaña podría ampliar un periodo de transición post-Brexit más allá de los 21 meses propuestos para facilitar las conversaciones sobre una futura relación comercial. Pero la cumbre, que había sido promovida como un momento de inflexión para alcanzar un acuerdo sobre el Brexit, terminó sin logros concretos.
Sin novedad esta noche, declaró el primer ministro holandés Mark Rutte al cabo de una sesión en la que el hecho de que las divisiones con Gran Bretaña no se hayan exacerbado fue considerado en sí una victoria. El principal negociador de la UE, Michael Barnier, señaló que necesitamos mucho tiempo, mucho más tiempo, y continuaremos trabajando las próximas semanas con la parte británica.
Debido a la incertidumbre resultante, se canceló una cumbre especial de la UE sobre el Brexit que tendría lugar el próximo mes para finalizar un acuerdo. Rutte señaló que los gobernantes del bloque evaluarían la situación en las próximas semanas y estarían listos para reunirse en caso necesario. La próxima cumbre oficial de la UE está programada para diciembre.
A pesar de la falta de avances se percibió ánimo positivo en la reunión. May habló de trabajar intensivamente los próximos días y semanas para evitar una salida de Gran Bretaña del bloque sin acuerdo, el 29 de marzo como está previsto, la cual podría generar caos en las fronteras y la economía. Se debe alcanzar un acuerdo pronto para que los parlamentos tengan tiempo de aprobarlo o rechazarlo. El primer ministro de Austria, Sebastian Kurz, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, intentó imponer la calma. No hay necesidad de dramatizar los asuntos. En las negociaciones siempre ocurre que al final haya desafíos, declaró.