Francia acusó esta semana al ministerio de Inteligencia de Irán de estar detrás de un atentado desarticulado en junio contra una reunión de opositores iraníes cerca de París, lo que Teherán desmiente.
“Una investigación larga, precisa y detallada de nuestros servicios (...) permite llegar a una conclusión inequívoca sobre la responsabilidad del ministerio de Inteligencia en este proyecto de ataque” contra un mitin de los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), declaró bajo condición de anonimato una fuente diplomática francesa.
Horas antes, el gobierno francés anunció que congeló los activos en Francia de la seguridad interna del ministerio de Inteligencia de Irán y de dos ciudadanos iraníes, en represalia al atentado fallido de Villepinte, al que asistieron miles de personas, incluyendo aliados cercanos del presidente estadounidense, Donald Trump.
“Este acto de extrema gravedad previsto en nuestro territorio no podía quedar sin respuesta”, señalaron en una declaración conjunta los ministros franceses de Interior, Asuntos Exteriores y Economía. “Al tomar esta decisión, Francia subraya su determinación de luchar contra el terrorismo en todas sus formas, en particular en su propio territorio”, añadieron.
Seis personas fueron detenidas posteriormente en redadas coordinadas por las fuerzas policiales europeas, entre ellas un diplomático iraní llamado Assadollah Assadi, que está a punto de ser extraditado de Alemania a Bélgica para ser procesado por la justicia belga por el atentado frustrado.
Assadi es uno de los iraníes cuyos activos fueron congelados por las autoridades francesas, junto a otro hombre llamado Saeid Hashemi Moghadam. La medida, que apunta también a la Dirección de Seguridad Interior del Ministerio de Inteligencia iraní, entró en vigor el martes y estará vigente durante seis meses.
Irán negó cualquier implicación en este proyecto de atentado y ha afirmado en el pasado que el grupo de oposición, los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), orquestó el presunto complot para desacreditar al presidente iraní, Hasan Rohani.
“Una vez más desmentimos rotundamente esas acusaciones, condenamos la detención de este diplomático (Assadollah Assadie) e instamos a su inmediata puesta en libertad”, declaró Bahram Ghassem, portavoz del ministerio de Exteriores iraní en un comunicado.
Más tarde dijo: “Si hay un malentendido (...) sobre algo que no existe, ya sea una conspiración de otros o un error, podemos sentarnos y hablar”, declaró.
Las medidas tomadas por París podrían tener importantes repercusiones diplomáticas en un momento en que Francia intenta salvar el acuerdo de 2015 con Irán para limitar su programa nuclear en medio de grandes tensiones en Oriente Medio.
Por su parte, la Casa Blanca aplaudió la “fuerte” reacción de París, en un tuit del Consejo de Seguridad Nacional. “Teherán debe saber que este comportamiento escandaloso no será tolerado”, añadió el ejecutivo estadounidense, que ve en Irán su bestia negra desde la llegada de Donald Trump al poder.
Paralelamente, alrededor de 200 policías lanzaron la madrugada del miércoles una redada antiterrorista en uno de los mayores centros chiitas de Europa, el Centro Zahra Francia, así como en los domicilios de sus dirigentes en el norte de Francia. Un total de 11 personas fueron interrogadas y tres detenidas, dijeron fuentes de seguridad.
Asimismo, los activos del centro fueron congelados. Las autoridades justificaron el operativo afirmando que los dirigentes de la asociación han brindado un “apoyo fuerte” a “varias organizaciones terroristas”.
No obstante, no establecieron ningún vínculo directo con el proyecto de atentado frustrado de junio. El Centro Zahra de Francia fue fundado en 2009 por Yahia Gouasmi, conocido por sus opiniones anti-sionistas y sus vínculos con Irán.
En su página web, la asociación dice que su objetivo desde su fundación ha sido “dar a conocer el mensaje del Islam a través de los ojos del Profeta y su familia”. Francia está en alerta máxima desde 2015 tras una ola de ataques islamistas en los que 246 personas perdieron la vida.