En agosto pasado el gobierno chileno anunció una reducción de hasta 40% en el valor de las tasas de embarque, realizada de forma gradual en tres etapas para terminar en 2020. Al comparar los impuestos de 10 países latinoamericanos -considerando solo la rebaja inmediata, a US$ 26 en embarques internacionales-, Chile será el segundo más barato de la región, después de Bolivia (US$ 25).
A continuación le siguen Brasil (US$ 27,5); Perú (US$ 30,8); Colombia (US$ 38); Paraguay (US$ 40) Argentina (US$ 41,5); México (US$ 44,1); Uruguay (US$ 46); y Ecuador (US$ 51,2). Pero la situación es distinta si se mira el impuesto en vuelos domésticos, pues solo si se considera la rebaja inmediata (el equivalente a US$ 9,16), Chile se ubicará sexto, según un análisis de la Cámara de Comercio de Santiago. Esto, pese a que aquí no se aplica IVA a los pasajes aéreos.
De hecho, si se descontaran los impuestos de los países que sí lo cobran, la tasa de embarque doméstica de Chile sería la tercera más cara de la región. El ministro de Economía, José Ramón Valente, señaló que la intención fue poner a Chile a precios de nivel promedio de la OCDE para los derechos aeroportuarios, ya que nuestro país estaba por sobre la media.
Queremos ser un país competitivo a nivel mundial, no solamente a nivel regional, explicó. La idea es además fomentar que se realicen más vuelos entre ciudades de Chile, y con el mundo, sin que sea necesario hacer escala en Santiago, agregó.