Dos de los históricos emblemas de Bolivia, la medalla y banda presidencial, fueron robados el martes en la noche en la ciudad de El Alto mientras eran trasladados a Cochabamba, lugar donde el Presidente Evo Morales los luciría en la Parada Militar.
Tras horas de búsqueda, el director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen de Bolivia (Felcc), Johnny Aguilera, señaló que los objetos fueron encontrados en el atrio de la iglesia San Pedro en La Paz envueltos en una bolsa negra.
Se trataba sin dudas de un robo bastante polémico. El diario boliviano El Deber consigna que la Medalla de Bolívar tiene un valor incalculable, ya que más allá de lo económico, es difícil cuantificar realmente cuánto cuesta este símbolo por toda su historia y lo que significa para el país.
El medio explica que el objeto sustraído fue un regalo que le dio el Congreso al Presidente Simón Bolívar en 1825, y que la dejó como herencia al Estado tras su muerte cinco años después. Es mi voluntad que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto que aún en mis últimos momentos conservo a aquella República, escribió el libertador en su testamento.
Según consigna el sitio monedasdevenezuela.net, tras el fallecimiento de Bolívar el Congreso General Constituyente resolvió en 1831 regalársela al Presidente de entonces, Andrés de Santa Cruz, en carácter vitalicio, como reconocimiento a sus méritos. Pero en 1839 estalló una revolución en el país andino que derrocó al mandatario y la nueva administración obligó a su esposa, Francisca Cernadas, a devolverla. Ella la guardaba desde que fue adjudicada por su marido a principios de la década.
En reconocimiento a Bolívar el Gobierno Revolucionario convirtió la Medalla en símbolo presidencial. Así lo decidió el presidente José Miguel de Velasco mediante un decreto que data de octubre de ese año. A partir de entonces, ha sido impuesta a todos los gobernantes que han llegado a la silla presidencial por el voto ciudadano o por la fuerza de las armas, explica la página web. Hasta el momento, han sido 63 los jefes de Estado que han portado este símbolo.
Pero los hechos descritos anteriormente no son los únicos casos de hurto que ha sufrido el emblema. En 1872, por ejemplo, fue recuperada por el Presidente Agustín Morales, luego de que su antecesor, Mariano Melgarejo, se la llevara. Más tarde, en 1926 y tras varios rumores, se le hizo un proceso de certificación, encontrándose datos alarmantes: 24 diamantes sudafricanos que estaban incrustados en ella se habían sustituidos por piedras falsas, partes de la cadena de oro, originalmente de 22 quilates, fueron remplazadas por otras de fantasía y oro de menor ley. Pero lo peor fue que en el corazón de la Medalla del Libertador, que era el óvalo de oro, en cuyo reverso iba grabada la grandiosa leyenda, fue arrancado de la montura de brillantes, y sustituido por otro.
La historia cuenta que las partes originales de la medalla nunca se encontraron y el Gobierno Boliviano decidió hacer una réplica del centro de la medalla con el reverso original y sustituir la falsificación con una réplica, para que por lo menos se pareciera a la Medalla que se regaló al Libertador. Ahora, el objeto suma una nueva historia más. Al menos, ya se encuentra en manos del Estado, otra vez.
Según se pudo saber en esta oportunidad, el custodio encargado de velar por los símbolos bolivianos y transportarlos a Cochabamba, previamente pasó por un prostíbulo donde los habría dejado, olvidado o perdido.