El Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazó este martes un hábeas corpus a favor del ex presidente brasileño, Lula da Silva, que ya había sufrido una derrota judicial el domingo pasado. La titular del STF, Laurita Vaz, no hizo lugar a un hábeas corpus presentado por un ciudadano particular, no por la defensa oficial de Lula da Silva, que está arrestado desde abril en cumplimiento de una condena por corrupción y lavado de dinero en la causa Lava Jato.
El domingo pasado por la mañana el camarista Rogerio Favreto, del Tribunal Regional Federal 4 de Porto Alegre, concedió un hábeas corpus a Lula, que fue denegado en la noche del mismo día por el titular de ese tribunal de alzada.
El forcejeo entre jueces ocurrido el domingo en torno del proceso sobre Lula desató una crisis que repercutió en todo el Poder Judicial. En su fallo la jueza Laurita Vaz expresó duras críticas al camarista Favreto, que había firmado el hábeas corpus dos días atrás.
La acción de Favreto disparó la reacción de un centenar de fiscales del Ministerio Público quienes denunciaron por “activismo judicial” al juez brasileño que ordenó excarcelar a Lula da Silva, en un fallo finalmente anulado por una decisión superior.
La acusación contra el juez Rogério Favreto fue presentada ante el Consejo Nacional de Justicia y sostiene que, al dictar esa orden, el magistrado “violó flagrantemente el principio del colegiado, y, por consiguiente, el orden jurídico y el Estado Democrático de Derecho”.
Favreto aceptó este domingo un “habeas corpus” intentado por un grupo de diputados en favor de Lula, quien está en prisión desde el pasado 7 de abril, condenado a doce años por corrupción, y ordenó su “inmediata” liberación. Lo hizo como juez de guardia del Tribunal Regional de la Cuarta Región (TRF-4), corte de segunda instancia con sede en Porto Alegre que en abril negó las últimas apelaciones de Lula en ese ámbito y ordenó su ingreso en prisión.
En su decisión, Favreto argumentó que, a pesar de que acciones similares ya habían sido rechazadas por el TRF-4 y por tribunales superiores, existía un “hecho nuevo”, que identificó en la condición de Lula como precandidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) para las elecciones del próximo octubre.
La decisión de Favreto fue cuestionada por el juez Sergio Moro, responsable por el caso en la primera instancia, y luego anulada por el magistrado João Gebran Neto, instructor de la causa en el TRF-4. Aún así, Favreto insistió y dictó un segundo auto ordenando otra vez la excarcelación y emplazó a la Policía Federal a cumplirlo el mismo domingo, pero las divergencias fueron finalmente zanjadas por el presidente del TRF-4, Carlos Thompson Flores.
Después de casi diez horas de embate judicial, Thompson Flores decidió que, frente al “conflicto de competencia”, valía la decisión de Gebran Neto, que ya había sido respaldada el mismo domingo por la Procuraduría General de la República.
Según la acusación presentada contra Favreto, “un juez de guardia es incompetente para revocar la decisión de un colegiado”, en referencia a los fallos del TRF-4 que ya habían negado recursos similares en favor de Lula. Los fiscales que presentaron la acusación, que pudiera llevar a sanciones administrativas contra Favreto, también niegan que exista un hecho nuevo por la precandidatura presidencial de Lula, anunciada antes de que el ex mandatario fuera condenado el pasado abril. De acuerdo a los fiscales, el juez incurrió en un “activismo judicial pernicioso y arbitrario” y violó normas según las cuales un magistrado de guardia no puede “apreciar recursos ya analizados por un tribunal colegiado”.
La decisión de Favreto, que el PT llegó a celebrar el domingo como una “victoria de la democracia”, fue contestada también en medios políticos, en los que llegó a ser vinculada al hecho de que el magistrado militó durante veinte años en esa formación. Favreto fue afiliado al PT entre 1991 y 2010 y durante la gestión de Lula, entre 2003 y 2011, ocupó diversos cargos en el Gobierno, en el que llegó a ser subjefe de Asuntos Jurídicos del Ministerio de la Presidencia.