La Corte Suprema de Brasil dio un halo de esperanza al ex mandatario Lula da Silva, preso por corrupción, al poner en libertad al que fuera su más fiel escudero, el ex ministro José Dirceu, también encarcelado por las corruptelas en Petrobras.
La Segunda Sala del máximo tribunal del país decidió, por tres votos a favor y uno en contra, conceder un “habeas corpus” cautelar a Dirceu, en prisión desde el pasado 18 de mayo para cumplir una condena de 30 años y 9 meses por corrupción, lavado de dinero y asociación ilícita.
Su ingreso en la cárcel se produjo después de que el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF4) confirmó la pena y ordenó su ejecución con base a una polémica decisión del Supremo, hoy cuestionada por varios magistrados de la corte.
En 2016, la Corte Suprema autorizó de manera cautelar que una sentencia pueda ser ejecutada una vez agotadas todas las apelaciones en segunda instancia y aun cuando haya posibilidades de otros recursos en instancias superiores.
Los jueces José Antonio Dias Toffoli, Ricardo Lewandowski y Gilmar Mendes contradijeron ese parecer y decidieron poner en libertad a Dirceu al argumentar que un recurso intentado por su defensa en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ, tercera instancia) puede desembocar en una modificación o reducción de la condena.
Dirceu, de 72 años, fue el todopoderoso ministro de la Presidencia en los primeros años del primer mandato de Lula, preso desde el pasado 7 de abril tras ser condenado en segunda instancia a 12 años y 1 mes por igualmente haberse beneficiado de las corruptelas de Petrobras.
La liberación de Dirceu, si bien no sienta jurisprudencia, supone un precedente importante, pues podría abrirle las puertas de la prisión al ex mandatario, que también ha solicitado en repetidas ocasiones la suspensión de su encarcelamiento y responder en libertad hasta agotar todas las apelaciones en la Justicia.
De hecho, estaba previsto para este mismo martes que la Segunda Sala del Supremo analizase un recurso presentado por la defensa del máximo líder del Partido de los Trabajadores (PT) para intentar liberarlo, pero el instructor del caso, el juez Luiz Edson Fachin, lo suspendió a última hora y lo remitió al pleno de la corte.
Fachin, instructor en el Supremo de los procesos relacionados con la operación Lava Jato, que investiga los desvíos en Petrobras, fue hoy el único que votó en contra de la puesta en libertad de Dirceu, quien responderá en libertad al menos hasta que se analice el recurso intentado en el TSJ.
En este sentido, el caso de Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y aún pretende presentarse a las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre, es parecido ya que el viernes pasado también se permitió a su defensa recurrir al TSJ.
Sin embargo, aunque los abogados del exjefe de Estado consigan sacarle de la celda de la sede policial en la ciudad de Curitiba donde purga su pena, sus posibilidades para volver al poder son escasas ya que su candidatura está virtualmente anulada.
Las leyes electorales brasileñas prohíben que condenados en segunda instancia, como es el caso de Lula, puedan presentarse a cualquier cargo electivo.
El PT insiste en mantener a Lula al frente de la candidatura, mientras espera la liberación de su líder, hoy más esperanzado después de la decisión que ha liberado a su más fiel escudero.
Dirceu ya fue condenado en otro proceso relacionado también con el caso Petrobras y por el caso conocido como 'Mensalao', una red corrupta que tuvo lugar durante el primer mandato de Lula a través de la cual se repartían sobornos periódicos a diputados para comprar su apoyo político en el Congreso.
Lula, por su parte, tiene otros seis procesos abiertos en la Justicia, la mayoría por sospechas de corrupción, además de la sentencia que le convirtió en el primer ex presidente del país condenado penalmente.
Ambos dirigieron el PT con mano de hierro y fueron los responsables de la transformación del partido desde el marxismo hasta el centroizquierda en el que hoy se enmarca la formación que gobernó Brasil durante trece años, primero con Lula (2003-2010) y después con la destituida Dilma Rousseff (2011-2016).