Con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención, la Cámara de Diputados de Argentina sancionó el proyecto de Ley del Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La maratónica sesión duró unas 23 horas. Hubo festejos en las calles durante casi todo el jueves.
Miles de personas acompañaron a lo largo de toda el jueves, noche y madrugada en la plaza del Congreso de la Nación en Buenos Aires la votación en la Cámara de Diputados del proyecto de Ley del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que se debatía en el interior del edificio, con una vigilia dividida entre los que apoyan y enfrentan esta práctica.
La plaza del Congreso fue fraccionada en dos para que ambas partes pudieran ocupar sus espacios con mayor seguridad de los bandos. A la derecha de la plaza se agolpó más gente de la esperada, según Julia Rigueiro, de la asociación feminista Mala Junta Patria Grande de Mar del Plata. “Desde que empezó el día esto es un clima de fiesta y alegría impresionante”, recalcó Rigueiro.
El histórico debate para legalizar el aborto se desarrolló desde el jueves en la Cámara de Diputados de Argentina, en una sesión con más de 100 oradores y con una plaza frente al Congreso desbordada, con grupos a favor y en contra.
Miles de manifestantes, no obstante el frío del invierno austral en Buenos Aires, se congregaron desde el mediodía y pasaron la noche del jueves a la intemperie, en espera de la votación. Al mediodía de ayer comenzó el debate sobre un viejo reclamo de los grupos feministas resistido por la Iglesia y las fuerzas conservadoras, por primera vez en la historia del país.
Esas posiciones encontradas se vieron reflejadas en los alrededores del Congreso de Diputados, con un corredor vallado que partía en dos la plaza del Congreso. A la derecha se manifestaron quienes están a favor de que la interrupción voluntaria del embarazo deje de hacerse en la clandestinidad y sea legal, mientras a la izquierda se manifestaron los opositores que consideran que el aborto implica “la muerte de un ser humano” y, en ese sentido, carece de asidero el dilema de “legal o clandestino”. Ante posturas tan polarizadas sobre la despenalización del aborto, se dio un debate tan encendido como sucedió con la ley del matrimonio igualitario aprobada en 2010.
Uno de los momentos más tensos y polémicos se vivió entre el diputado oficialista Cambiemos, Nicolás Massot, y la legisladora opositora Mayra Mendoza, perteneciente el espacio que lidera la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.
“No venimos a discutir sobre despenalización, este proyecto es una legalización irrestricta”, criticó en el hemiciclo Massot, y aseguró luego que “nunca en democracia nos animamos a tanto”, en referencia al aborto como una violación al derecho a la vida del bebé.
Desde su banca, Mendoza gritó: “Pero sí en la dictadura (de 1976-1983) se animaron”, a lo que Massot respondió que tampoco en ese momento “nos animamos a tanto. Es un dilema moral, jurídico e ideológico; por eso hay que tener cuidado y no caer en los facilismos de tirarnos con las muertes por la cabeza”, agregó Massot. “Pasemos a la historia por garantizar derechos, no votemos contra las mujeres. Tenemos que garantizar el derecho humano a la salud pública”, le contestó, poco después, Mendoza.
El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado por la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito garantiza el acceso a ese derecho con el solo requerimiento de la mujer o persona gestante hasta la semana 14.
Después de ese lapso, sólo en caso de una violación, del riesgo de vida de la madre o de un embarazo inviable. La iniciativa divide las aguas hacia el interior de las fuerzas políticas en el Parlamento, del gabinete del Ejecutivo y de la misma sociedad, tradicionalmente politizada y acostumbrada a expresarse en todos los ámbitos.
En el campo mediático, en los últimos días se expresaron a favor del aborto la popular presentadora de televisión Susana Giménez y el rey del rating de la pantalla chica Marcelo Tinelli. El pañuelo verde con la leyenda “Campaña Nacional por Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito” se convirtió en el emblema de las multitudinarias marchas de grupos feministas y de diversos sectores del mundo político, sindical y cultural.
Así como los pañuelos celestes destacaron en las marchas que rechazan el aborto y defienden “las dos vidas”, además de un feto de plástico -incluso uno de proporciones gigantes- como bandera.
El debate comenzó el 10 de abril pasado con un plenario de comisiones en la Cámara de Diputados donde expusieron 738 oradores -del mundo de la cultura, el periodismo, la política, la ciencia y los movimientos sociales- en 15 audiencias abiertas, con las posturas a favor y en contra.
El aborto legal y seguro tuvo proyectos en seis ocasiones desde 2006, pero siempre fracasó en el intento de llegar al recinto parlamentario. De esta histórica jornada, muchos serán los que recuerden la noche que esperaron a que los inciertos resultados aparezcan en las pantallas de sus teléfonos móviles, que significarán además la continuidad de la lucha para la parte derrotada.