La oposición nicaragüense convocó a un paro nacional ete jueves con el fin de presionar al presidente Daniel Ortega a frenar la represión y terminar con los violentos enfrentamientos que dejan 148 muertos en casi dos meses.
Este es un paro cívico y pacífico que abarca a todo el país y a todas las actividades económicas, señaló la Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a empresarios, estudiantes y sectores de la sociedad civil. La convocatoria a movilización, que regirá a partir de las 00:00 hora local (GMT-6) del jueves, se realiza después que los obispos entregaron la semana pasada a Ortega una propuesta para retomar el diálogo con sus opositores, en la que piden adelantar las elecciones y adoptar reformas democráticas. El mandatario no ha respondido.
Desde que se iniciaron las manifestaciones el 18 de abril, el balance de fallecidos es de 148 muertos y hay más de 1.000 heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). La crisis ha dejado además pérdidas estimadas en unos 800 millones de dólares, según la ONG Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copade).
Ortega acusa a los manifestantes de impedir la libre circulación de personas y mercancías, incluido el transporte de carga desde países vecinos. Por lo que las autoridades nicaragüenses intentan levantar los bloqueos de rutas que afectan a 70% de las carreteras del país. El economista Néstor Avendaño advirtió que un paro nacional puede tener consecuencias impredecibles tanto para la economía como para la política, , quien recordó que la última vez que hubo un cese nacional de actividades fue en 1979 contra la dictadura de Anastasio Somoza.
Tras ese paro, Nicaragua vivió una guerra civil en la década de 1980 que golpeó duramente a la economía y demandó más de dos décadas volver a los niveles que tenía a finales de los años 1970, comentó Avendaño. Las protestas se originaron contra una fallida reforma al sistema de pensiones, pero se extendieron y ahora los manifestantes piden el fin del gobierno de Ortega. El presidente de 72 años, está en el poder desde 2007 y enfrenta acusaciones de abuso de poder y corrupción de parte de sus opositores.