Diversos sectores de la oposición en Argentina rechazaron el acuerdo anunciado el jueves con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a préstamos por 50.000 millones de dólares y que, según advirtieron, implicará un severo ajuste social.
Lo que se viene es un flor de ajuste y no hay margen social para hacerlo, aseveró en un comunicado Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central argentino y referente económico del opositor Frente Renovador.
El economista consideró que ningún país está feliz de ir a un acuerdo con el FMI y que no es una virtud el pacto por tres años anunciado por el Gobierno de Mauricio Macri. El acuerdo, que debe aún ser aprobado por el directorio del organismo el próximo día 20, supone aplicar durante 36 meses un programa económico con exigentes metas fiscales y de inflación.
El Gobierno tiene que recurrir al Fondo dada su aberrante gestión económica y eso es como quemar las naves. No hay nada que festejar y es muy triste, sostuvo Pignanelli. Señaló que el FMI es muy duro y que el Gobierno, más que preocuparse por el déficit fiscal o el déficit comercial, deberían empezar a preocuparse por el déficit social.
En igual línea, Agustín Rossi, jefe de bloque de diputados del opositor Frente para la Victoria-Partido Justicialista, dijo que las condiciones que impondrá el FMI para el multimillonario préstamo ”van a traer profundo dolor y daño en el tejido social de los argentinos produciendo un aumento de la recesión, un parate (freno) en la actividad económica y una pérdida del nivel adquisitivo del salario, de las jubilaciones y pensiones.
Es una muy mala noticia para todos los argentinos. El monto que acordó es un monto exagerado. Va a condicionar los futuros gobiernos y generaciones, advirtió Rossi en un comunicado. El bloque de diputados que encabeza ha solicitado que el acuerdo con el FMI sea tratado en el Congreso. Algunos legisladores han alegado que el endeudamiento, no previsto en el Presupuesto 2018, debe ser autorizado por el Parlamento, mientras otros advierten que la duración del acuerdo -tres años- comprometerá la política económica de quien asuma la Presidencia argentina a finales de 2019, cuando caduca el mandato de Macri.
El pacto del gobierno con el FMI exige una inmediata respuesta de los trabajadores. Rechacemos este acuerdo de devaluación, despidos, tarifazos y ataque a salarios y jubilaciones, dijo el izquierdista Partido Obrero en un comunicado. Marcelo Ramal, dirigente de esa fuerza política, aseguró que el Gobierno no dice que el ajuste fiscal provendrá de despidos estatales, ataque a las conquistas jubilatorias y a los gastos sociales”.