El ex ministro brasileño José Dirceu ingresó en prisión condenado a 30 años por corrupción, el mismo delito que llevó a la cárcel al ex presidente Lula da Silva, de quien fue el más fiel escudero durante décadas. Dirceu fue hallado culpable de recibir sobornos de la trama de corrupción que operó en la estatal Petrobras y fue destapada en 2014 por la operación “Lava Jato”.
Su ingreso en prisión supone otro duro golpe para el Partido de los Trabajadores (PT), en el que mantiene una fuerte influencia a pesar de que los últimos años los ha pasado entre la cárcel y los tribunales.
Dirceu presidió el PT, coordinó la campaña que llevó al poder a Lula por primera vez en las elecciones de 2002 y como ministro de la Presidencia fue uno de los hombres más influyentes.
Sin embargo, se vio obligado a renunciar arrastrado por un grave escándalo de sobornos parlamentarios, Mensalao, que le costó una primera pena de nueve años de cárcel, que ya cumplió, y luego se involucró en las corruptelas en Petrobras, por lo que fue otra vez condenado, esta vez a 30 años de cárcel.
Según la Justicia, aún mientras cumplía su primera condena el ex ministro recibió sobornos por US$ 3,24 millones de la empresa Engevix, a cambio de influir en la concesión de contratos con Petrobras.
Dirceu recurría a esa sentencia en libertad, pero un tribunal de segunda instancia negó sus apelaciones y ordenó la inmediata ejecución de la pena, que cumplirá en un centro de reclusión de Curitiba, la misma ciudad en que Lula está preso.
Hasta ser derrumbado por el escándalo de sobornos parlamentarios, era visto como el indiscutible sucesor de Lula en el poder. Al igual que Lula, Dirceu se dice víctima de una supuesta “persecución política”, articulada según él por la “elite” brasileña para acorralar a la izquierda.