La Policía Federal (PF) de Curitiba reforzó este domingo su esquema de seguridad en los alrededores de la Superintendencia local, donde se encuentra preso desde el sábado por la noche el ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
La decisión se tomó luego de los incidentes registrados el sábado en el momento que Lula llegaba al establecimiento, en una manifestación en apoyo al ex Mandatario que dejó nueve personas heridas. Con el fin de evitar nuevos enfrentamientos, la PF dispuso un cordón policial de una cuadra para vigilar la Superintendencia. Sólo podrán pasar los residentes del lugar y las personas que vayan a la comisaría, bloqueando el paso a los manifestantes.
Durante la mañana del domingo, seis buses llegaron al campamento montado por las organizaciones sociales que apoyan a Lula a aproximadamente 500 metros del local donde actualmente duerme el ex Presidente. Se espera que en los próximos días lleguen otros 40 vehículos provenientes de diversas regiones del país.
De acuerdo a las estimaciones de la estatal Agencia Brasil, el campamento podría reunir más de 1.500 personas, que ya avisaron que se manifestarán durante los próximos días.
Nuestra orientación es no aceptar provocaciones. Quienes están a favor de la prisión de Lula nos tiran cerveza, nos hacen bromas, pero no vamos a responder, dijo Roberto Baggio, perteneciente al Frente Brasil Popular.
Condenado en segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción, Lula ingresó el sábado a cumplir reclusión luego de pasar 26 horas en la sede de un sindicato en Sao Paulo, a pesar de que la orden de arresto en su contra se había emitido el pasado jueves.