El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, afrontará un segundo pedido de destitución solicitado por el Congreso de su país por su “incapacidad moral” a raíz su vinculación con la constructora brasileña Odebrecht. El jefe de Estado niega los cargos.
El Jefe de Estado se salvó de un primer pedido de destitución en diciembre con la abstención del legislador Kenji Fujimori y otros nueve colegas disidentes del fujimorismo, y días después le otorgó el indulto humanitario al ex presidente Fujimori, que cumplía una condena de 25 años de cárcel.
El gobernante peruano, elegido en 2016 para gobernar hasta el 2021, se presentará nuevamente ante el pleno del Parlamento la próxima semana para defenderse del pedido de vacancia por “permanente incapacidad moral”, como ya hizo con éxito hace apenas tres meses.
El pedido de destitución responde a las asesorías financieras que una empresa consultora de Kuczynski hiciera para Odebrecht por US$ 782.000 entre 2004 y 2007. En esa época, Kuczynski era ministro del gobierno del ex presidente Alejandro Toledo (2001-2006), denunciado a su vez por presuntamente recibir un soborno de US$ 20 millones de Odebrecht.
El jefe de Estado escribió en Twitter que no tiene “nada que ocultar” y que está “dispuesto a declarar con total transparencia ante las instancias correspondientes”.
El pedido de destitución presidencial también se basa en 140 transferencias bancarias en cuentas de Kuczynski que presuntamente lo involucran con Odebrecht, Westfield y First Capital, una consultora chilena, según un reporte que el Banco de Crédito del Perú (BCP) entregó a la Fiscalía peruana.
Asimismo, Odebrecht entregó un aporte de US$ 300.000 dólares a la campaña electoral de Kuczynski en 2011, comicios en los que ganó Ollanta Humala (2011-2016), según la declaración del ex directivo de la compañía en Perú, Jorge Barata, a fiscales peruanos.